La portada de la película de 'Judy y Renée' / d.r.

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Una buena excusa para volver a escuchar a Judy Garland

La película 'Judy y Renée', entre las recomendaciones culturales de la semana.

No se puede ir al cine para ver a una actriz. ¿O sí? No hay duda de que 'Judy' es Renée Zellweger. Pero no hay director para semejante actriz (Rupert Goold, que sí es un prodigio en el teatro, hace lo que puede). Es como si vas al cine a ver 'Tu cara me suena'. Un especial sobre Judy Garland con una única concursante.

Es más, si recuerdas a Natalia Dicenta sobre las tablas interpretando al mismo personaje en 'Al final del arco iris', en la que se basa la película, piensas en qué habría pasado si la hija de Lola Herrera hubiera sido británica o estadounidense. La película es más bonita que triste (narra la decadencia y la blanquea con frialdad). Pero sí, está la inconmensurable Renée Zellweger. En todo caso, es una buena excusa para volver a escuchar a Judy Garland. Para verla en televisión (hay numerosas piezas de actuaciones en Youtube). Para verla en el cine. Desde 'El mago de Oz' a 'Cita en San Luis'. Desde 'Ha nacido una estrella' a ' ¿Vencedores o vencidos?'. A Liza Minnelli no le hace gracia 'Judy'.

La GRAN novela

La portada de la editorial 'Anagrama' / d.r.

A Gonzalo Torné (Barcelona, 1976) lo han comparado con Philip Roth, Karl Ove Knausgard, Prost, Clausewitz o David Foster Wallace. Su novela 'El corazón de la fiesta' (Anagrama) sigue la estela de obras suyas ampliamente traducidas. Un piso heredado en Barcelona (una 'indecencia inmobiliaria') donde Clara Montsalvatges cuida amigas que pasan un mal momento.

En el verano se vacía y Clara se fija en unos vecinos misteriosos que se instalan en el piso de enfrente. Para esto, que se parece a 'La ventana indiscreta', llama a su antiguo novio. Y piensan en los de enfrente (Clara entra en la casa) y en ellos mismos. Dobles parejas. Una comedia romántica con todas las espinas. Guerra de sexos (aquí viene la comparación con Clausewitz), diferencia de clases (Violeta Mancebo es, según el crítico Ignacio Echevarría, una especie de 'Pijoaparte' femenina). El dinero, el envejecimiento, la muerte, la construcción del nacionalismo y una prosa envidiable sin lugares comunes, irónica, hiriente, divertida. Si Torné fuera de Winsconsin habría escrito la gran novela americana.

Mucha más 'Vergüenza'

El protagonista de la serie 'Vergüenza'. / d.r.

La primera comedia de Movistar + fue 'Vergüenza', que el 14 de febrero estrena su tercera temporada. Sin ser revolucionaria, era lo más destacado cuando se estrenó. Comedia corta y buena, 25 minutos cada capítulo dirigidos y escritos por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero. La historia de un matrimonio (Javier Gutiérrez y Malena Alterio) que hace el ridículo por separado. Pero lo de él provoca que te retuerzas en el sofá, que la incomodidad y la vergüenza ajena te atrapen. Hasta Borat, Larry David o el Michael Scott de 'The Office' son tipos educadísimos a su lado.

La vergüenza en lo cotidiano. Jesús (Javier Gutiérrez), un fotógrafo de bodas con ínfulas de artista, se mete en jardines que no sabías ni que existieran. Cavestany y Fernández Armero no pensaban que fueran a llegar hasta una tercera temporada en que a modo de 'thriller' y con los actores dirigiéndose a la cámara se va desvelando el misterio de la primera vez que Jesús mete la pata a nivel nacional. Lo viral y lo público entran la historia. Nos tememos lo peor (o sea, lo mejor).

El mismo país de siempre

La editorial que publica el libro es 'Renacimiento'. / d.r.

Jacinto Miquelarena es hoy un personaje más conocido por la frase a él dirigida que por su propia persona y obra. Leticia Zaldívar Miquelarena ha solucionado esta carencia escribiendo '¡Qué país, Miquelarena!' (Renacimiento), precisamente la frase que lo recuerda pronunciada por Pedro Mourlane Michelena cuando este lo despedía en un tren y observaron la conversación entre un militar de alta graduación y su asistente, al que había mandado a por una guindilla picante a la cantina. Gritó: "Pero que pique mucho, que si no te la voy a meter por el culo". Entonces Mourlane pronunció la inmortal frase, que formó parte de las tertulias de la época y con la que se terminaban los comentarios jocosos de la vida española.

Pero más allá de lo anecdótico de la frase, este libro es apasionante. Y no solo por estar Miquelarena en primera línea de los acontecimientos culturales y políticos más importantes del siglo XX. Un maestro literario del periodismo deportivo antes de que Segurola fuera un cigoto. Primer director de RNE y corresponsal en la Segunda Guerra Mundial. También posteriormente en Buenos Aires, Londres y París, donde se tiró al metro. Qué país, qué gente.