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Lara Álvarez y todos los cambios en su vida desde que empezó en 'Supervivientes', hace seis años

Lara Álvarez comienza esta noche la que será su sexta edición como presentadora de 'Supervivientes'. Repasamos las vueltas que ha dado su vida en estos seis años en los que se ha consolidado como imprescindible al frente del 'reality'.

La amabilidad con la que siempre responde y la naturalidad con la que se desenvuelve cada vez que se enciende el piloto de su cámara han permitido a Lara Álvarez consolidarse en la pequeña pantalla. Lejos queda aquella niña que aparecía en el videoclip de 'Amo a Laura', unos inicios que nunca ha ocultado. Porque la asturiana, poniendo límites lógicos, habla de todo con la prensa.

Quizás esas características de su personalidad son las que le han servido de soporte para construir una carrera sólida que esta misma noche comienza a escribir una nueva página en Honduras. Por sexta edición consecutiva, ella será a quien Jorge Javier Vázquez dé paso desde el plató en Madrid a lo que pase en 'Supervivientes'. Se han convertido en un tándem perfecto. La complicidad laboral que emanan es incontestable.

Sin embargo, hay algo que a Lara (que además de presentar, canta, baila y toca la guitarra) se le resiste en la vida: el triunfo en el amor. Al menos, el triunfo indefinido. Un tema del que, dicho sea de paso, tampoco le gusta hablar demasiado. De hecho, en la rueda de prensa de presentación del 'reality', preguntada por el punto y final con Andrés Velencoso, fue tajante en su respuesta.

"Tengo 33 años, que parece que se me está acabando el tiempo y me voy a quedar para vestir santos. Mira, no, yo lo que hago es, sobre todo, trabajar mucho en mí, en mejorar y en esa introspección para saber qué es lo que necesito, qué es lo que quiero y qué es lo que no me gusta. Gracias a Dios tengo una vida repleta de cosas que me completan y las voy fomentando cada día: mi familia, mis amigos, mi trabajo", reflexionaba, intentando que se le quitase esa etiqueta de fracasada en lo sentimental.

Idas y vueltas

Pero lo cierto es que el estado sentimental de Lara ha cambiado mucho (y en muchas ocasiones) desde que se pusiera por primera vez a conducir 'Supervivientes'. Era 2015 y, por entonces, estaba feliz al lado de Fernando Alonso. Habían empezado su relación unos meses antes. Algunos se atrevieron a sentenciar que el final del romance se debió a que piloto quería que lo dejase todo para seguirle a él por los GP del mundo. Y si algo ha tenido claro desde siempre Álvarez, es que quería su propia carrera.

Lara Álvarez junto a Fernando Alonso en una imagen de febrero de 2015. / gtres.

No tardo en cruzarse en su camino Román Mosteiro, un empresario gallego al que regaló su amor durante 11 meses, hasta que el marzo de 2017 rompieron de manera amistosa (hubo un amago de vuelta, pero quedó en nada). Edu Blanco, al que conoció durante el rodaje de 'Planeta Calleja' y Dani Martín fueron los siguientes con los que probó suerte.

No fueron su 'para siempre' tampoco... Como no prosperó más allá de unos meses la relación con el bailarín Dani Miralles. Todo comenzó como un juego de profesor y alumna que transcendió a la sensualidad de los movimientos de los pasos al son de la música. Lo de Velencoso, ya sabemos cómo tocó fondo.

Lara se marcha a Honduras con la tranquilidad de poder estar tres meses largos sin tener que echar de menos a nadie más allá de su familia, por la que la vimos derramar lágrimas la pasada semana en el aeropuerto de Madrid. Pero más lejos de lo tocante a su corazón, en estos seis años, también se ha consolidado como imagen.

Los contratos publicitarios se le multiplican. Sus apariciones en programas, también. E, incluso, ha levantado su propia marca de ropa, Blue Palm. Una línea de corte urbano y surfero con la que demuestra que es mucho más que una cara bonita. Se lo ha currado. Y esta nueva edición de 'Supervivientes' no es ni un antes ni un después en nada, simplemente es un 'durante'.