La pasada, no fue una semana sencilla para Lydia Lozano, que tuvo que hacer frente a las críticas por una información ofrecida sobre Rocío Carrasco y Rocío Flores que resultó no ser cierta en medio de todo el lío que se ha formado al salir a la luz la sentencia de los hechos que llevaron a madre e hija a no hablarse más.
El primero en dar la cara por ella públicamente fue Jorge Javier Vázquez. Presentador de 'Sálvame' y compañero de Lydia desde hace muchos años, le dedicó una entrada en su blog en la revista 'Lecturas', asegurando que ella es un formato televisivo en sí mismo y poniendo en valor que tiene el cariño del público. Unas líneas que ha impreso y enmarcado. Un regalo que le hacía ayer en directo.
Lozano se rompía. Porque, además de ser un microgénero dentro del universo 'Sálvame' y de ser un rostro muy querido de la cadena, es conocida por ser de lágrima fácil . El detalle de Jorge Javier la emocionaba tanto, que acababa haciendo algo que no es usual: abrir sus sentimientos para hablar de Charly, su marido . Recordemos cómo se pone cada vez que cualquiera de sus compañeros si quiera le nombra.
" Él no lo ve pero le llaman... Tu mujer está llorando. Cuando entra por la puerta le digo: 'Ni se te ocurra, hoy no hablamos de Sálvame'. Es un tío que siempre ha respetado que yo tome mis decisiones", explicaba muy emocionada, añadiendo: " Vive conmigo y es muy difícil. No duermo, no paro, soy muy intensa. Llego echa polvo y me quiero ir a tomar algo con él. Estoy preparando ya el viaje del verano. Vivir conmigo es muy difícil. Él sabe que esto me da la vida...".
Sin duda, una manera de poner sobre la mesa el tremendo amor de Charly hacia ella, que ha sido capaz de permanecer al margen en un mundillo tan complicado como al que pertenece su mujer. "Le he pedido mil veces perdón. Está viendo una serie, le cojo la mano y le pido perdón. Le pido perdón sin venir a cuento. Él me dice que me quiere", proseguía Lozano.
Lydia dejaba las palabras con mayor carga sentimental para el final: "Si le pasara algo a Charly, me muero. Eso lo he pensado. No me lo planteo qué haría. No sé, no tengo ni idea. Es un tío que me tiene los pies ahí". Cogía aire y zanjaba: "Me estoy explayando, me va a caer la del pulpo".