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'El hombre invisible' tiene nueva versión. Esta dirigida por Leigh Whannell ( 'Múltiple') y se parece a esas películas en las que Julia Roberts o Ashley Judd son atormentadas por malísimos novios o maridos. O sea, que está adaptándose a los miedos y peligros que salen en los periódicos. Aquí le toca sufrir a Elisabeth Moss, como si no hubiera tenido suficiente con 'El cuento de la criada'. El novio de Cecilia (Moss), brillante científico, rico y psicópata, se suicida dejándole una jugosa herencia. Sólo pone un requisito: que ella no sea declarada incapaz mentalmente. Pero una serie de circunstancias hacen que su cordura empiece a flaquear. Sospecha que el novio no está muerto y pretende demostrar que algo que no se ve la está atormentando. La historia está contada desde las perspectiva de la víctima, no del monstruo. Lo peor es ese tufillo de metáfora sobre la violencia ejercida sobre las mujeres y la percepción de los demás.
Si quiere entender cómo hemos llegado a la ideologización del Derecho Penal o a la apropiación del feminismo por el identitarismo, nada como leer a Guadalupe Sánchez Baena y su 'Populismo punitivo' (Deusto). Para comprender los peligros de enaltecer (ríete de Franco) la voluntad popular por encima de leyes e instituciones. Y da igual ser de derechas o de izquierdas para querer convertir el Código Penal en un instrumento al servicio de sus intereses. Lo que pasa es que ahora estamos con el populismo de izquierdas, que es el que gobierna o cogobierna. Y vemos, sobre todo desde las reacciones a la sentencia de La Manada, la instrumentalización punitiva de las agresiones sexuales a mujeres. Y cómo el derecho penal se utiliza como medio para imponer el cambio social. Y también (el populismo puede ser de derechas o de izquierdas) cómo se criminaliza preventivamente al inmigrante.
'Homeland'. Octava y última temporada. Sí, ya sé que muchos de ustedes la abandonaron, que pensaban incluso que ya no existía. Pero aquí están los 12 capítulos filales de la sucesora de '24'. Tan aclamada en su primera temporada. Ha tenido sus altibajos, pero ha mantenido una calidad que ya querrían otros con su parte de espionaje, misterio, drama político y drama personal. En la octava temporada, Carrie ( Claire Danes) está confusa sobre lo que le ha pasado los últimos siete meses. "¿Me estás acusando de algo?", pregunta al agente que la interroga. Ha sido torturada en un gulag ruso y quizá, al no disponer de la medicación para su trastorno bipolar, ha desvelado información confidencial. Y con la cabeza como la tiene, Saúl ( Mandy Patinkin) le pide que vaya a Kabul a poner cordura entra los líderes afganos y los talibanes. Sigue estando presente el coste personal de la lucha contra el terrorismo.
Ahora tenemos a Ferdinand von Schirach (Múnich, 1964) como abogado penalista y extraordinario escritor ('Crímenes', 'Culpa y castigo'). Antes estaba Cyril Hane, de quien Siruela edita 'Tragedia en el tribunal' dentro de su Biblioteca de Clásicos Policiacos. Cyril Hane fue el seudónimo del juez y abogado Alfred Alexander Gordon Clark (1900-1958). Con su experiencia profesional y su talento escribió nueve novelas policiacas y al menos 40 relatos. En 'Tragedia en el tribunal', ambientada en otoño de 1939, el juez William Hereward Barber del Tribunal Supremo recorre el sur de Inglaterra presidiendo juicios. Le llega la amenaza de una venganza, pero no hace caso. Con el segundo anónimo hay una caja de bombones envenenados. Francis Pettigrew, abogado hábil pero con mala suerte y detective aficionado que estuvo enamorado de la mujer del juez, intentará desenmascarar al autor de las amenazas (su interacción con el detective profesional, Mallet, es de lo más destacable). Pettigrew es la mejor creación de Hare. Y 'Tragedia en el tribunal' está considerada la mejor novela detectivesca inglesa ambientada en el mundo de la justicia.