La noche en la que "nadie hizo nada" para proteger a Carlota Prado del abuso sexual en 'GH'

El peso de la sombra de ese abuso sexual sobre Carlota Prado es tal, que Telecinco no ha vuelto a poner en marcha un 'casting' para una edición de anónimos de 'Gran Hermano'. Aquella noche, la concursante, bajo los efectos del alcohol, se convirtió en víctima de un presunto abuso sexual perpetrado por quien era su pareja en la casa, José María López.

Han pasado casi dos años y medio desde aquella fatídica noche del 3 de noviembre en Guadalix de la Sierra, cuando nadie de la organización, según Carlota, hizo absolutamente nada por impedir los hechos. A pesar de que, como sabemos, es un escenario en el que se graba todo, aunque no todo se emita. De hecho, a la propia Carlota le pusieron la grabación de cómo, mientras no era consciente de lo que pasaba con su cuerpo, José María se propasaba por ella.

Es el diario 'El País' el que ha tenido acceso a la grabación de la declaración de la joven, en la que, mientras trata de recomponerse al venírsele a la cabeza los detalles del capítulo más negro de su vida (ya en una entrevista hace meses reconoció que no había sido capaz de rehacer su vida por culpa del trauma que le quedó), sentencia: "Hay muchas personas trabajando allí… ¡y nadie hizo nada!".

¿Por qué? Precisamente esa es la pregunta que se les hizo a diferentes responsables del espacio en los interrogatorios judiciales. Tal y como recoge el mencionado medio, en sus declaraciones hay contradicciones. No se ponen de acuerdo y alegan que nunca se ha llegado a la necesidad de tener que aislar a un concursante, como se ha llegado a sugerir, en vez de dejar a víctima y agresor (para el que la Fiscalía pide dos años y seis meses de prisión) pasar juntos las siguientes horas, como si no hubiese pasado nada.

Tampoco hay consenso en la cantidad de alcohol que se sirve a los concursantes del 'reality' en esas fiestas. Mientras que algunos de los directivos indican que una por persona, otros inciden en que "una o dos" por barba. Los hay que aún son más difusos en sus explicaciones: "Si hay 12 personas metemos 12 copas, no les decimos que tomen una cada uno". Lo que niegan es que se metiera en la casa tequila, a pesar de que Carlota sostiene que tomó cuatro chupitos del mismo. La contrarrespuesta de la organización es que, esa noche, ella comió poco y por eso pudo afectarle más la ingesta de alcohol.

El relato va más allá, porque el juez, que habla directamente de "movimientos bajo el nórdico", pregunta a la persona al cargo del control técnico de esa noche si se le llegó a pasar por la cabeza que allí estuviese sucediendo algo constitutivo de delito. La respuesta es contundente: "Sí". Entonces, y repetimos la pregunta, ¿por qué nadie hizo nada? ¿Por qué nadie entró en la habitación para interrumpir la escena?

No todo vale por el espectáculo y la audiencia. El fin, no justifica los medios. Sobre todo, cuando interviene una práctica en la que hay una persona agredida. Mucho menos cuando esta ha tenido que revivir el calvario que supuso tener que recordar cada detalle del cara a cara con José María. O cómo tuvo que escuchar que, cada vez que salía a la calle, era señalada.

"¡De toda España! De gente en el metro, gente en la calle, gente en el autobús… De gente que incluso era conocida mía… Han llegado a amenazarme, a decirme que soy escoria, hasta que tuve la sanísima idea de dejar de todas las redes sociales. Era por todas las vías que usted pueda imaginarse. A mi madre han llegado a meterle cartas por debajo de la puerta, a mi hermana le han hecho la vida imposible en el trabajo. Que me he vendido a Telecinco, que es todo mentira, que estoy dejando una imagen nefasta a las mujeres a las que les pasa eso", le cuenta al juez en esas declaraciones recogidas por 'El País'.

Solo queda esperar una sentencia que le puede salir muy cara a la cadena, pero que no servirá para que ella duerma más tranquila. El daño, está hecho.