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A lo largo de estos años, los consumidores de 'realities' hemos vivido historias de amor, desamor y deslealtades sentimentales. Las tramas se han desarrollado dentro o, incluso, han afectado a las relaciones que algunos de los concursantes traían del mundo exterior. Así que, no sería de extrañar que, en 'Supervivientes 2020' (más allá de lo que sea que estén experimentando Hugo Sierra e Ivana Icardi), tengamos culebrón. Lo que no se había dado es que el nombre de Rocío Flores apareciese en las quinielas como posible protagonista.
La hija de Antonio David Flores aterrizó en la isla enamorsadísima. Ella misma y el que es su novio desde hace tres años, Manuel Bedmar, se encargaron de subrayarlo, por enésima vez, antes de que la hija de Antonio David Flores partiera rumbo a la aventura. Instagram fue testigo, de nuevo, de ese amor incontrolable fruto de su juventud.
Pero, ¿y si ella estuviese jugando con fuego? Puede que lo haga de manera inconsciente, pero ya son varios los que han observado un acercamiento más que sospechoso de Rocío a uno de sus compañeros: el ex de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' Albert Barranco. Recordemos que este protagonizó una de las historias de traición amorosa de este verano, siendo el tercero en discordia entre Gloria Camila (tía de Rocío) y Kiko Jiménez.
En medio de este panorama, anoche el presentador de 'Conexión Honduras', Jordi González, le lanzaba un comentario a Flores que provocaba una incertidumbre en la concursante. "Estás muy guapa", le decía antes de repetirlo con un añadido: " Estás muy guapa con esa cara de enamo...".
Rocío no decía nada. No hacía falta. El gesto de su cara, en completo 'shock', era mucho más significativo que todas las palabras del mundo. Después de darle muchas vueltas, ¿se dará cuenta de que Jordi se refiere a que el hecho de que se haya convertido en inseparable de Barranco puede levantar suspicacias?