Este sábado se cumplen 25 años del fallecimiento de Lola Flores, más conocida como ‘La Faraona’, mote que le pusieron con cariño los mexicanos a los que cautivó con su arte. En 1979, ‘The New York Times’, con motivo de su actuación en el Madison Square Garden, dijo de ella: “No canta ni baila, pero no se la pierdan”. Una crítica que no le dolió, porque ella misma decía que no era la mejor, pero sí que estaba en la Enciclopedia Mundial como un ser especial español.
Sus hijas anunciaron hace tiempo que estaban preparando una serie sobre su verdadera vida, y nadie mejor que ellas para contarla. Su belleza y su personalidad arrolladora le sirvieron para conquistar a hombres como Yul Brynner, Gary Cooper o el mismísimo Onassis y algunos más que le adjudicaban sin pruebas gráficas. Pero sus grandes amores fueron españoles; Manolo Caracol y Antonio González, ‘El Pescailla’ con quien tuvo tres hijos –Antonio, Lolita y Rosario Flores– que siguieron la tradición artística familiar.
Pocas artistas dejaron para la posteridad frases memorables como: “Si me queréis, irse”, cuando se sobrepasó por la afluencia de gente a la boda de su hija Lolita. O cuando se le olvidó hacer la declaración de la Renta y pidió ayuda a España entera para poder pagar la multa de 28 millones de pesetas: “Si una peseta me diera cada español...”. En numerosas ocasiones sus hijas han aclarado que renunciaron a la herencia aconsejadas por el abogado, ya que les dejó más deudas que patrimonio.
‘La Faraona’ era mágica, por eso dejó tantas leyendas sobre su persona aún hoy imposibles de demostrar. La unión con su hijo era tal, que este no pudo superar su pérdida y dos semanas después de su marcha decidió dejar este mundo para hacer el viaje juntos.
Los Flores siguen siendo hoy una saga de artistas admirados y queridos. Y aunque en sus gestos y algunos rasgos físicos muchos se empeñen en resucitar a Lola, ella fue única y por muchos años que hayan pasado, nadie ha conseguido hacerle sombra.
20 de enero-18 de febrero
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