Tárrega ha vuelto al formato televisivo que más le gusta y se confiesa un animal nocturno con vocación de escuchar y ayudar. Este verano lo pasará entre el plató y sus escapadas playeras pero es lo que tiene llegar a cumplir un sueño y querer vivirlo intensamente.
Hoy Corazón ¿Cuánto tiene de animal y de nocturna? Cristina Tárrega De animal la fuerza y la constancia y, sobre todo, que soy totalmente visceral cuando alguien necesita algo. En cuanto a nocturna, es verdad que soy muy crápula. La noche me gusta para hacer mis cosas. No soy fiestera pero me encanta estar en casa tranquila. Si hay que madrugar pues se hace, pero la noche me encanta para mí. Me muevo mejor en ese horario.
H.C. Hace cuatro años presentó su último programa, 'Contigo quería yo hablar' en Telemadrid. Desde entonces soñaba con volver a ponerse delante de la cámara en la piel de presentadora ya que como colaboradora la vemos en otros espacios de Mediaset como 'Las mañanas de Ana Rosa'. C.T. He luchado mucho por este formato que me encanta y creo que me pega mucho. Me gusta entrar en casa de los espectadores, hablar con ellos, saber qué cosas les preocupan… tengo muy claro que en televisión el que manda es el que está en frente. Lo aprendí de Gabilondo y lo tengo muy presente. No hay que perder el norte y saber que si estás ahí es porque el espectador quiere que estés. Sin ellos no seríamos nada.
H.C. También tienen su momento sexual con la sexóloga que lleva las últimas novedades. C.T. La información siempre viene bien y no olvides que el sexo es una parte muy importante de la vida. Hay quien todavía tiene muchas dudas y es bueno que las compartan. No veas los casos que nos llegan tan curiosos y como las personas pueden entrar en depresiones por cuestiones de autoestima.
H.C. ¿Qué tal se lleva con sus compañeros de viaje, como la nieta de María Teresa Campos, Alejandra Rubio? C.T. Los compañeros de viaje van cambiando. No son fijos, depende de los casos que tratemos tengo al lado unas personas u otras. Van rotando. Hay mucha gente llamándome porque quieren estar conmigo y por eso te aseguro que la única fija soy yo.
H.C. Se queda este verano sin vacaciones… C.T. Pues aún no sé si tendré vacaciones como tampoco sé si habrá vacuna. Estamos todos en el aire. No me importa empezar este proyecto en verano porque recuerda que 'Sola en la ciudad' (su famoso programa de años atrás en Telemadrid) también echó a andar un verano. Si me quedo por este motivo sin vacaciones pues ojalá. Que fluya todo bien que es lo único que quiero.
H.C. ¿Y a usted quién le ayuda en los momentos complicados? C.T. Mi familia, mis amigos… aunque que no espero que nadie me dé su ayuda ya que no soy de pedirla. Mi marido es quien me da estabilidad y quien me pone los pies en el suelo precisamente por lo visceral que soy. Es mi equilibrio y mi compañero de vida. Cuando pienso que me van a caer las torres Kio encima es quien me serena asegurando que mañana saldrá el sol por donde siempre. Eso es lo que realmente me ayuda. Lo que jamás pido es ayuda económica o laboral porque peleona soy un rato. Prefiero pedir para otros que para mí.
H.C. ¿Es supersticiosa? C.T. Cada día menos, aunque reconozco que todos los que estamos en televisión tenemos una parte folclórica.
H.C. Usted siempre derrocha pasión en todo lo que hace. C.T. Pues sabrás que me callo muchas cosas por educación. Sé cuando alguien me está tomando el pelo pero suelo optar por no decir nada, algo que he heredado de mis padres. Prefiero increpar para defender a otros.
H.C. ¿La venganza se sirve fría? C.T. Más bien pienso que cada uno duerme consigo mismo y allá cada cual. Te aseguro que yo duermo como un ceporro. Mi conciencia está muy tranquila.
H.C. ¿Qué opinan su marido, mami Quevedo, y su hijo de su trabajo? C.T. Mi hijo vive con normalidad todo y mi marido te diré que tuvo un presentimiento con este programa.
H.C. ¿Cree que el entretenimiento puede servir como medicina? C.T. Por supuesto. Espero no perder nunca la alegría que tengo y donde creo que está mi esencia.
H.C. ¿Con qué se ríe? C.T. Soy del humor improvisado.
H.C. ¿Y qué le saca de quicio? C.T. La gente desagradecida.
H.C. ¿Cree que su imagen tan rotunda corresponde con la realidad? C.T. Cuando me corte la melena se me irá esa rotundidad, lo que pasa es que en eso soy como Sansón, seguro que pierdo mi fuerza. Más bien me considero empática. A quien dice que tengo poder le contestaría que lo que tengo son amigos poderosos, pero te aseguro que si yo lo hubiera tenido habría parado este año las Fallas mucho antes.
H.C. ¿Qué balance se puede hacer de su matrimonio tras dos décadas juntos? C.T. Bailamos el viento en la misma dirección.
H.C. Y, en este momento, que se nos caen los mitos de los matrimonio idílicos tras la ruptura de los Ponce, ¿qué consejo daría para sobrevivir a esas separaciones? C.T. Hay que crear equipo, vínculo, tener las cosas muy claras y saber gestionar todo. Te aseguro que me importa muy poco la vida de los demás como tampoco que hablen de la mía porque nadie sabe qué pasa exactamente en la casa de cada cual. Bastante tengo con Hacienda. No me gusta que me pregunten ni por lo que gano ni por mi edad ni por mi vida privada.
H.C. ¿Se han quedado ustedes con ganas de tener una niña? C.T. Tuve una niña, pero la perdí en el embarazo. De ahí que malcríe a todas las hijas de mis amigas. Veo una niña y te aseguro que me vuelvo loca.
H.C. ¿Dónde cree que Tárrega ha triunfado más? C.T. Familiarmente no me quejo de cómo me va y más después de ver las notazas de mi hijo.
H.C. Su marido estuvo unos años trabajando en China, con lo que supone de distanciamiento en una pareja. ¿Podrían ustedes volver a pasar por ello? C.T. En ese tiempo fui un animal nocturno total porque con la diferencia de horarios tenía que trasnochar para hablar a diario. Siempre he respetado su profesión, como él la mía, y de ahí que no existan esos problemas, pero lo que no me gusta es que nadie especule con si le acompaño o no, porque cuando sucedió, la decisión de la familia fue quedarme con mi hijo en Madrid para no sacarle de su colegio ni su entorno. Esa es la verdad y creo que además no le importa a nadie. Si mi marido se tuviera que volver a China no pasaría nada. A mí me encanta viajar a Asia donde tengo muchos amigos y me enseñan tanto.
C.T. Con este programa recupera la incertidumbre de las audiencias. C.T. Por supuesto me preocupan los resultados y te aseguro que soy una yonqui de las curvas. Te diré que me interesan mucho más las curvas de la tele que las de un hombre. Son las que me quitan el sueño.
20 de enero-18 de febrero
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