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La desgracia de la muerte se ha cebado en los últimos meses con Paz Padilla. En pasado mes de febrero era su madre, doña Lola, quien nos dejaba. Una mujer a la que la gaditana le unía una relación muy especial. Y de la que había heredado el sentido del humor, como dejó patente en esas llamadas a 'Sálvame' en directo.
La humorista quedó sumida en un profundo dolor. Allí estuvo su hija, Anna Ferrer, para levantarle el ánimo. A ella le corresponde, de nuevo, tirar de su madre hacia arriba ante el segundo golpe directo a la cara que la muerte asesta a Padilla (sus primeras palabras) en menos de medio años: esta vez, con la pérdida de Antonio Juan Vidal, su marido y gran amor de su vida.
Ayer por la tarde veíamos a Anna llegar, acompañada por dos personas de su entorno, a la capilla ardiente en Sanlúcar de Barrameda. La localidad gaditana, que fue donde se casaron Paz y Antonio hace tres años y medio, es también donde descansarán los restos del abogado. Y hasta allí se desplazaron Padilla y su hija ayer, ya que se encontraban en Madrid.
Anna, fruto de la unión de Paz con Albert Ferrer hace unas dos décadas, es el pilar fundamental sobre el que la humorista levanta su vida y en el que se apoya para coger impulso cuando toca fonda. Es, de nuevo, hora para que la joven se cargue el peso a las espaldas de restañar los pedazos del corazón de su madre, que ha llevado con la más profunda de las discreciones esta situación médica de Vidal durante un año.
Esta no se separa de su madre desde el fatal desenlace del sábado. Tampoco lo ha hecho durante un confinamiento especialmente duro para Padilla por el delicado estado de salud de su marido. Ese y no otro ha sido el motivo por el que, durante los meses más duros de la pandemia, se echaba a un lado y dejaba de acudir a su puesto de trabajo. El cuidado de su esposo y la responsabilidad de no llevar el Covid-19 y que empeorara, han sido los motivos de esa decisión que, ahora, entendemos.
Paz no está sola, porque sus compañeros de Telecinco, cadena a la que está unida desde hace más de una década, se lo han dejado muy claro con sus mensajes de arropo en las redes sociales. Pero, sobre todo, porque tiene a ese hija, con quien ha llegado a lanzarse a la aventura empresarial, que sabe que es quien, ahora, tiene la responsabilidad de calmar su sufrimiento infinito.