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Tras el anuncio de su padre de abandonar España, la Infanta Cristina se ha escapado unos días a Bidart, su refugio estival favorito desde que estallara el escándalo del caso Nóos hace ya ocho años. Allí, en la costa vasco francesa, la familia Urdangarin alquila una casa en la que se reúnen los siete hermanos y sus hijos. El año pasado decidieron pasar estos días juntos en Estados Unidos, pero este año, debido al Covid-19 han preferido permanecer cerca de la matriarca, Claire Libaert, que a sus 85 años se encuentra bien de salud, aunque ha sido la que más ha achacado el encarcelamiento de su hijo.
En esta ocasión, la Infanta ha estado acompañada de sus cuatro hijos: Juan, de 20 años; Pablo Nicolás, de 19; Miguel, de 18 e Irene, de 15. Los cuatro hijos de la Infanta disfrutaron de una divertida mañana con sus primos en la playa, donde los chicos estuvieron practicando 'bodysurf'. En cambio, su hermana Irene prefirió tomar el sol y hablar por el móvil mientras caminaba por la orilla.
Este año no ha faltado Pablo Nicolás, quien en otras ocasiones por sus compromisos deportivos no ha podido acompañar a la familia. Tanto él como sus otros dos hermanos se mostraron muy cariñosos y cómplices con su madre durante el camino de vuelta de la playa.
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