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'Supervivientes 2019' supuso un antes y un después en la vida de Chelo García Cortés, como lo ha sido, desde que comenzó su andadura, para todos los concursantes que han pasado por la dureza del 'reality'. En su caso, tuvo que perder un buen puñado de kilos para estar en forma y poder acudir. Pero, además, allí se dejó otros tantos. Y no los ha vuelto a recuperar.
La colaboradora, a sus 68 años, está más que orgullosa de su cuerpo. De cómo ha sido capaz de mantener su aspecto físico, más saludable que cuando aterrizó en el plató de 'Sálvame', una vez regresó a España y retomó un día a día en el que cambió algunas rutinas para que el numerito de la báscula no se volviera a ir de madre.
Hace un par de días, en el programa del que forma parte, se hablaba del último retoque de Diego Matamoros: el de sus glúteos, realizado por su pareja, Carla Barber. Algunos de los colaboradores mostraban a cámara zonas de su cuerpo de las que estaban orgullosos. El primero, Miguel Frigenti, que alardeaba de abdominales.
Ni corta ni perezosa, Chelo hacía lo propio: se levantaba la camiseta para que viésemos cómo su tripa luce plana. Es cierto que han quedado las marcas de esos cambios de peso, pero no menos que ha sido capaz de no volver a hinchar esa parte de su anatomía. He perdido 15 kilos. Después de cómo me habéis visto en 'Supervivientes', que iba en bikini y se me caía el bikini, ¿tú te crees que voy a tener problemas de enseñar el estómago?", explicaba mientras.
Y tampoco tenía reparos en, a continuación, explicar los retoques estéticos a los que se ha sometido: "Hace mucho tiempo me hice las bolsas, hace 30 años. Estando en Antena 3 me hice una especie de mini lifting facial. Como me operaron de un quiste, se me descolgaron todos los músculos y me hice una abdominoplastia. Y estando aquí, me voy poniendo cada dos meses factores de plasma para la piel".