Televisión y conspiranoias

La ‘nave del misterio’ de Iker Jiménez parece haberse estrellado contra las palabras de Alan Moore: “Lo que he aprendido de la Teoría de la Conspiración es que los teóricos creen en ella porque es más reconfortante. La verdad es que el mundo es caótico.”

En la normalidad que creíamos vivir antes de la pandemia, las conspiraciones campaban a sus anchas porque, entre otras cosas, nos resultaban inocuas. Con ellas, desde un rincón de la radio, Iker Jiménez plantó una semilla que le llevó a las noches de Cuatro para florecer, con el tiempo, en podcasts y emisiones Live en las que, a oscuras, miles de seguidores pierden el sueño y la paz interior a costa del miedo a las invasiones alienígenas, rituales diabólicos y otras entretenidas zarandajas que, llegado el COVID 19, le han estallado al presentador en las narices.

Porque ahora el mundo se ha llenado de auténticos conspiranoicos que se echan a la calle sin mascarillas para que Bill Gates no les inyecte un chip que les persiga en su deambular por la superficie plana de la Tierra… Y todas estas ‘verdades paralelas’ son peligrosas.

La nueva conspiración no es un juego. ¿Y qué le queda a Iker frente a estos energúmenos? No le queda otra que recurrir a la ciencia, al ‘stablishment’ científico, a esa verdad que ya no está afuera sino dentro de los despachos oficiales. Scully parece ganarle la partida a Mulder en la vida real. ¿A quién le sorprende?

Pedro Piqueras debe ser un excelente jugador de póquer. Lo digo por las caras que ha puesto esta temporada cada vez que le tocaba conectar con el plató de ’Sálvame’. Roberto Fernández ha tenido incluso peor suerte que el presentador oficial de Informativos Telecinco: se hizo viral el bochornoso paso que le dio Nuria Marín, bailando como loca, mientras comenzaba el relato sobre la mortal explosión en Beirut.

Desde entonces, Carlota Corredera toma precauciones antes de dar paso a sus compañeros. Se entiende que la cadena lo hace para no perder ni un segundo ni un espectador frente al rosco de ‘Pasapalabra’ –que en esos momentos se resuelve en Antena 3–, pero sería conveniente encontrar otra solución: si hay un ‘catch’ o pantalla partida, ¿no podrían poner la cabecera del Informativo para que los protagonistas del ‘neorreality’ se despidan y cuando la imagen pase a total ya estén directamente con las noticias? No sé, se me ocurre... De verdad, que uno pasa apuro con estas cosas.

Las redes sociales muestran el descontento de la ciudadanía con las vacaciones de los políticos. Todos tenemos derecho a descansar, claro, ¿pero es normal que gobiernos y administraciones cierren a la vez en agosto? ¿ No podían escalar y desescalar sus vacaciones para evitar el cierre institucional mientras se nos echa encima un septiembre lleno de incertidumbres? Pues las ‘teles’ igual: todo refritos y películas cuando medio país no puede salir de casa: porque no tiene dinero, porque no puede irse fuera, porque teletrabaja, por mil y una malditas razones que nos deja este 2020. Pero, oigan, como si nada.