La muerte de Naya Rivera nos dejó impactados. Tras varios días de búsqueda, el cuerpo de la actriz de 'Glee' aparecía en el lago Piru, donde se encontraba pasando un día con su hijo, que por suerte sí consiguió salvarse.

Ahora ha salido a la luz el resultado de la autopsia y el informe toxicológico. Al parecer, los vértigos que sufría podrían haber jugado un papel fundamental en su ahogamiento.

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"Jose (su hijo) le dijo a los investigadores que contaron hasta 3 y se sumergieron en el agua. Después de nadar un rato, Naya le dijo que volviese al bote. Ella lo ayudó a subir y seguidamente él escuchó a su madre gritar 'ayuda' mientras subía el brazo y lo dejaba salir al aire. Después, simplemente desapareció", dice el informe.

Al parecer, "la historia clínica de vértigos con los que contaba podrían empeorar al estar sumergida en el agua. La joven los sufría hasta el punto de acabar vomitando, pero aprendió a controlar los síntomas con ayuda de antistamínicos".

Cuando murió, Naya Rivera "tenía niveles bajos de anfetamina (Adderall, Dexedrine), diazepam, etanol y fentermina (un supresor del apetito) en su sistema", y su concentración de alcohol en sangre era de 0,016 y se cree que bebió un poco de White Claw (bebida con 5% de alcohol).