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Walid Sultani, el chef sostenible que no desperdicia la comida

Este restaurador se adelanta al triple reto de la cocina: crear platos sabrosos y sanos, que sean sostenibles y evitar los despedicios.

Walid Sultani. / D.R.

Ana García Lozano
Ana García Lozano

El tercio de la comida producida en el mundo acaba en el cubo de basura. Y lo peor es que no somos conscientes de que esto ocurra. Afortunadamente hay empresas responsables que buscan concienciar a sus clientes de que existe un problema real. Una de esas compañías es el nuevo restaurante Saladier, que abrió sus puertas el pasado 13 de agosto en el Paseo del Prado de Madrid.

  • Hoy Corazón Walid Sultani es su creador y me gustaría felicitarle porque no es una época fácil para abrir un nuevo establecimiento de hostelería. Imagino que ha sido complicado. Walid Sultani Abrir un negocio siempre conlleva muchos retos y es verdad que la situación por la que estamos pasando añade uno más, pero la ilusión, el empeño y la determinación que tiene todo el equipo y el apoyo de nuestros clientes está haciendo que estos obstáculos sean más fáciles de llevar.

  • H.C. ¿cómo definiría Saladier? W.S. Saladier es el hogar de #TheAlternativeSalad –la ensalada alternativa: un bocado de pura felicidad hecho con sabores frescos, innovadores y auténticos, creado por un equipo de apasionados y personalizado para cada uno de nuestros clientes y para cada una de las personas que lo elijan. Queremos poner en cada plato una ensalada que os deje con la boca abierta. Buscamos ofrecer una experiencia a medida, aunando autenticidad, calidad y sabor, mientras le damos una vuelta de tuerca a la gastronomía de siempre. Por eso, seleccionamos cuidadosamente nuestros productos, esforzándonos en encontrar nuevos sabores y, así, dar alternativas. Los cocinamos desde cero y al momento, mezclándolo todo con aliños frescos y deliciosos que no dejan a nadie indiferente. Seleccionamos nuestras verduras y hortalizas de manera responsable, cocinamos nuestras proteínas desde cero y en el momento en el que se realiza el pedido, y mezclamos todo con los aderezos más frescos y deliciosos. Nuestro valor central es la sostenibilidad. Nos basamos en un modelo de negocio sostenible. Tomamos decisiones cuidadosas sobre todos y cada uno de los aspectos de nuestro negocio de acuerdo con nuestra responsabilidad ambiental y minimizamos el desperdicio de alimentos, de acuerdo con nuestra responsabilidad social.

Imagen del restaurante Saladier, en Madrid. / d.r.

  • H.C. Muchos objetivos, así que vayamos por partes. El primero: luchar por el respeto al medio ambiente. De hecho, se han instalado en una de las zonas más verdes de la capital y eso no es casualidad, ¿verdad? W.S. Nada es casualidad en la vida. Cuando estuvimos buscando un local en Madrid para abrir Saladier, después de ver muchos y en diferentes zonas, nos decantamos por el Paseo del Prado por varias razones, entre ellas, ser unos de los pulmones de Madrid: enfrente del Botánico, al lado del Jardín Vertical, cerca del Retiro… Nos encontramos en un lugar privilegiado de la ciudad.

  • H.C. Los ingredientes locales son también una declaración de intenciones. W.S. Desde el principio teníamos claro que queríamos que nuestros ingredientes fueran lo más locales posible. Creemos que los productos españoles son de una gran calidad, pero existe otra razón: la emisión de CO2. A menor distancia, menor impacto en el medio ambiente.

  • H.C. Su segundo objetivo, probablemente el más importante, es conseguir una sociedad mucho más justa. Según la FAO, cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida. ¿Cómo puede ocurrir algo así? W.S. Tenemos que reducir drásticamente esta cifra. Los recursos son limitados y, cuando hay en exceso, no deberían desperdiciarse. Tenemos que dar un giro de 180 grados y ser conscientes de todo el desperdicio que producimos cada día, empezando por la comida.

  • H.C. Saladier se ha unido a plataformas como Too Good To Go y Phenix que quieren combatir el despilfarro alimenticio. ¿Cómo lo consiguen? W.S. Todos los días se produce en el restaurante algún tipo de desperdicio por mucho que se intente minimizar. Lo que hacemos, junto con estas plataformas, es reducir aún más ese sobrante, vendiendo a un precio muy atractivo, muy reducido la comida que no vamos a poder vender al día siguiente. Y la respuesta de nuestros clientes está siendo magnífica y les agradecemos que nos apoyen también en esto.

  • H.C. Eso ocurre porque el público cada vez apoya más a las empresas que son solidarias. ¿Tienen pensado exportar esta idea a otros países? W.S. Por supuesto. Teníamos claro desde el principio es que este proyecto iba a tener proyección tanto nacional como internacional. Y ya tenemos en mente algunas ciudades europeas.