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Hace un par de semanas, Fran Rivera decía, con mucha contundencia, que Isabel Pantoja era una mujer " que no tiene corazón". Ahora, es su hermano, Kiko Rivera, quien la tilda de " mala persona". Lo podemos leer este miércoles en la portada de la revista 'Lecturas'. Unas palabras que supondrían la estocada definitiva para la tonadillera, que según se ha informado, se encuentra medicada, hundida y sin hablar con nadie desde que el pasado viernes el DJ se sentara en un plató de Telecinco y la dejara al descubierto.
" La vida de mi madre es una gran mentira que ella misma se cree", es otras de las frases lapidarias que se le escucharon pronunciar hace cinco días y que siguen resonando con fuerza entre los muros de Cantora, como también esa sentencia de que a su madre le importa el dinero mucho más que nada en el mundo. Incluso, que sus propios hijos. Una relación con lo monetario que este llegó a calificar como " obsesiva".
Jorge Javier Vázquez, el encargado de entrevistar a Kiko, ha dado algunas claves más de lo que no se vio delante de las cámaras o de las sensaciones que vivió junto a él. Y el presentador le conoce bien, porque no son pocas las veces que se ha colocado en la posición de hacerle preguntas para que fuese desgranando su vida.
A Kiko le da igual cómo lo esté pasando su madre dentro de los muros de esa finca que se a encargado de cerrar y blindar para que nadie perturbe ese periodo de reflexión en el que se encuentra inmersa. Esa burbuja en la que se ha metido para tratar de buscar una salida a un problema que no parece tener solución. Él ya lo ha dejado claro: igual, con el tiempo, puede olvidar, pero jamás perdonar la ristra de engaños a los que lleva siendo sometido desde hace más de tres décadas.
En medio de este escenario, y por el simple hecho de que un hijo no puede nunca desprenderse del todo del lazo con una madre, aseguraba ayer Pepe del Real en 'El programa de Ana Rosa' que hay una única opción de que se produzca ese encuentro entre ellos para tratar de aclarar cierto puntos de este embrollo. Kiko estaría dispuesto siempre y cuando se realice en la más estricta intimidad, solo ellos dos. Asegurándose de que no habrá filtraciones ni nadie que interceda en una conversación que solo les concierne a ellos.
"Podría haber una posibilidad de hablar con su madre porque Kiko sabe que el estado de salud anímico de su madre se ha visto muy afectado", eran las palabras del colaborador de Telecinco justo antes de poner sobre la mesa ese escenario que, a día de hoy, ni siquiera se atisba en un horizonte lleno de nubarrones.