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Raquel del Rosario ha decidido abrirse en Instagram. La cantante, que en contadas ocasiones ha sido protagonista de los titulares de la crónica rosa, lanzaba la oportunidad a sus 'followers' de que le hicieran preguntas. Y estos no desaprovechaban la oportunidad de participar en esa especie de interrogatorio para conocer un poco más en profundidad a la artista.
Entre los mensajes que recibió, uno en el que se le lanzaba el interrogante de si siempre había sido tan espiritual. Una faceta que, gracias al nuevo rumbo que ha dado en esas redes sociales, hemos podido descubrir en los últimos meses. Y, a pesar de lo trascendental de la pregunta, ella era capaz de responder con contundencia.
"Nací en una familia católica a la que agradezco muchos de los valores que hoy tengo, a pesar de que no profeso ninguna religión. Digamos que comencé a mirar hacia adentro después de enfermarme y de mi primera separación. Ambos acontecimientos han sido grandes maestros. Un abrazo", era la respuesta, sin andarse con rodeos, que ofrecía en uno de sus 'stories'.
A lo que se refería Raquel era a esas dos ocasiones, en 2009 y 2012, en las que tuvo que entrar en un quirófano para eliminar un tejido precanceroso en el cuello del útero; y al punto y final de su relación con Fernando Alonso, en 2011, cinco años después de haberse dado el 'sí, quiero' en la Asturias natal del piloto de Fórmula 1.
Ahora, amén de ese camino que invita a la reflexión y a la oración, la canaria está tranquila y feliz al lado de su marido, Pedro Castro, y a los dos hijos que tiene junto a él, Leo y Mael. Ha encontrado el equilibrio y no le importa hacer partícipes de él a esos casi 200.000 'followers' con los que cuenta.