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Hace casi tres años, Fayna Bethencourt no aguantó más. Se dirigió a una comisaría y curso una denuncia contra el padre de sus hijos, Carlos Navarro (conocido popularmente como El Yoyas), por malos tratos. Advertía que ya había interpuesto una anteriormente, pero que la retiró por pena. Por esa especie de esperanza irracional a que este pudiera cambiar su actitud. No lo hizo y a ella no le quedó más remedio que seguir adelante para poner fin al calvario vivido por ella y esos dos menores.
Hace unos días, la Justicia dictaba sentencia: casi seis años de condena para el exgran hermano (fue dentro del 'reality', en el muy lejano 2001, donde se conocieron y comenzaron esa relación que se tornó en tormento para la canaria). Se le imputaban siete delitos por maltrato, lesiones y amenazas contra su exmujer e hijos. Ahí es nada. Y no olvidemos que, tras ese paso al frente de Fayna, él no solo fue detenido, sino que, una vez puesto en libertad, se le impedía acercarse a ellos por lo que pudiera pasar.
Era el Tribunal Superior de Justicia de Canarias el que era claro la pasada semana: la condena para Carlos era de dos años de cárcel y cuatro más de prohibición para llevar armas, además de otros cuatro de alejamiento e incomunicación con su exmujer y sus hijos y el mismo tiempo de privación de la patria potestad.
Este lunes, en 'Sálvame', ella rompía su silencio. Aliviada por saber que tiene a la Justicia de su parte, pero sin poder calmar todo el dolor que le ha provocado esta situación perpetuada en el tiempo. Más de lo que nadie debería consentir. " Estoy aliviada porque la justifica me ha dado la razón. La sentencia no es una alegría completa porque, por desgracia, es el resultado de mucha pena y mucho sufrimiento", comenzaba en esa llamada telefónica al programa de Telecinco.
"Soy muy afortunada, de verdad, lo que pasa es que claro.... S on muchos sentimientos encontrados, muchos años de aguantar lo que aguanté, y muchos años de estar callada", continuaba, sin poder contener el llanto, emocionada por ver cómo ese calvario ya solo queda como un mal recuerdo. "Nunca quise que todo este se hiciese público", dejaba claro.
Y coninuaba: "Estoy feliz por mis hijos y por mi familia. Esto no solo lo sufre la persona que lo padece, sino la gente que tienes alrededor. Es terrible porque en el proceso judicial no solamente era yo la testigo y la víctima, éramos tres personas. Eso pesó mucho. Es un dolor que yo siempre tendré. Me da pena por esa Fayna que cumplió los 23 años en la casa, que tenía todas las ilusiones y la vida por delante y... cayó en la trampa".
"Jamás podré arrepentirme de haberlo conocido. Están mis hijos, mis hijos son lo único bueno que ha hecho Carlos en su vida. No quiero saber nada ni de él, ni de los suyos. Mi pareja actual es una persona maravillosa, con la que he sabido lo que es de verdad tener una pareja sana, no lo que yo viví", remataba Fayna en esa llamada que provocaba que se hiciera el silencio más sepulcral en el plató.
Una vez escuchado ese desahogo de la canaria, era Marta López quien explicaba cómo ella llegó a sentir miedo al estar cara a cara con El Yoyas en alguna etapa laboral en la que han coincidido: " Yo lo sufrí bastante, un día en 'Crónicas Marcianas', si no llega uno de seguridad, no sé lo que me hace… Era continuo, era un sinvivir con este señor, la cogió conmigo y era una cosa horrorosa".