Fallece doña Ana, madre de Isabel Pantoja, a los 90 años: Kiko Rivera estalla en Instagram con unas polémicas declaraciones contra su familia y Anabel cancela su boda con Omar Sánchez

Días de luto en Cantora. Tres días después del 37º aniversario de la muerte de Paquirri , la familia ha confirmado el fallecimiento de doña Ana, la madre de Isabel Pantoja, a los 90 años. La matriarca, que llevaba varios años con una salud delicada debido a una enfermedad degenerativa que padecía y a un ictus que le dio en 2019 , había estado ingresada con pronóstico reservado en el Hospital Puerto Real, y tras una leve mejoría, fue dada de alta el pasado fin de semana para recuperarse junto a sus hijos Isabel y Agustín en Cantora. Pero esta vez no pudo ser.

Ana María Martín, nacida el 22 de 1931, padecía Alzheimer desde hace años, y en este tiempo su salud se había ido deteriorando como sus recuerdos. Sin embargo, durante décadas, su figura estuvo estrechamente unida a la de su hija, Isabel Pantoja, a la que siempre acompañó (desde un discreto segundo plano) en sus giras, en su carrera artística y también en su (convulsa) vida familiar, hasta el punto de acuñarse la expresión « ser como la madre de la Pantoja», refiriéndose a esas relaciones madre-hija en las que la figura materna está muy presente.

Doña Ana nunca condeció una entrevista, pero su biografía es bien conocida en la prensa de sociedad. De raza calé, de joven era conocida como Ana La Melones, por ser hija de El Lechuga y trabajar en la frutería familiar. En 1952 se casó con el cantaor y letrista flamenco Juan Pantoja Cortés, Chiquetete, con quien tuvo cuatro hijos (Agustín, Juan Antonio, Bernardo e Isabel) y ella misma probó suerte sobre las tablas, aunque con éxito efímero. Siempre vestida de luto desde que enviudó a los 43 años, hay quien dice incluso que fue quien 'eligió' a Paquirri como marido adecuado para Isabel Pantoja , y que nunca supo que su hija entró en prisión por el caso Malaya: le dijeron que 'su Maribel' estaba de gira por América.

Cuando explotó la cruenta guerra de Cantora , su cabeza ya borraba todos sus recuerdos, y quizá doña Ana se ha ido sin darse cuenta de que 'su nieto favorito', Kiko Rivera, llevaba meses sin poder visitarla. «Mi abuela, a la que no dejan que vaya a despedirme por mierdas de problemas familiares. Órdenes expresas desde Cantora... No queremos que venga nadie», se lamentaba el artista desde La Graciosa, donde se encuentra buena parte de la familia para celebrar la boda de Anabel Pantoja. El hijo de Isabel Pantoja se ha despedido de su abuela con un extenso y emotivo post en Instagram lleno de acusaciones y dardos envenenados hacia su madre y su entorno más cercano.

«Hoy te has ido y contigo se ha ido parte de mi vida [...] Yaya de mi alma, tantos meses sin verte y ahora ya no te veré nunca más». El DJ asegura que nadie de su familia le había informado del estado real de la matriarca ni tampoco le han de los detalles de su despedida. «No sé qué se va hacer ni donde, ni horarios ni absolutamente nada. Solo quiero que me dejen despedirme de mi abuela. No quiero saber de nadie más, todos los demás me importan una mierda. Porque son unos indeseables todos. Me quedaré esperando y rezándote. Me quedaré quieto y callado pensándote [...] Tu alma vive en mí y aunque no me pueda despedir de ti (lo hice en su momento), ahora lo necesito otra vez, siempre te llevaré en mí».

Tanto a Kiko Rivera como Isa Pantoja y Anabel, los nietos más mediáticos de doña Ana, la fatal noticia les ha llegado por los medios de comunicación mientras están en la isla de La Graciosa, donde este fin de semana estaba previsto que se celebrara la boda de Anabel y Omar Sánchez. Sin embargo, según cuenta Hola en exclusiva, la colaboradora de televisión habría cancelado 'in extremis' la boda para poder volver a la península a despedirse de su abuela. La terrible relación entre Isabel Pantoja y sus hijos hacen dudar si estos finalmente acompañarán a su prima en este adiós, porque de momento, lo que ha trascendido a la prensa es que Isabel Pantoja quiere despedir a su madre en la más estricta intimidad, sola junto a su hermano Agustín y el personal de la finca. Al parecer, la matriarca será incinerada en el tanatorio de Jerez de la Frontera.