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Por qué Debbie Harry se inyectó células de oveja negra cuando tenía 36 años y otras 9 cosas brutales que confiesa en sus memorias

En 'De cara', Debbie Harry cuenta la locura de vivir en Nueva York en los 70, cómo triunfó con Blondie y todo lo que vino después. Es un milagro que siga circulando, ahora por Madrid, a sus 78 años.

Debbie Harry a finales de los años 70, cuando ya era famosa con Blondie. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Ciclistas rosa, blazer del mismo color, unas zapatillas tipo Balenciaga enormes y su característico pelo oxigenado: Debbie Harry sale al escenario con 78 años y cargada con una mochila llena de hits (María, Heart of Glass, One Way or Another, Hanging on the Telephone...). En su concierto del pasado marzo en México, se presentó de nuevo como Blondie y arrasó con 14 canciones que despachó en un concierto electrizante de hora y media. En Madrid promete otra cosa: firmar hoy domingo sus salvajes memorias.

Publicado en 2019, 'De Cara ' (Ed. Cúpula) puede ser uno de los testimonios más punk del punk neoyorquino de los 70 : resulta refrescante leer una prosa sin pizca de sofisticación ni armadura. En el libro, todo es 'raw', crudo, como crudísimas son algunos pasajes de la vida de Debbie Harry que la cantante cuenta sin darse importancia ni hacer dramas. Y mira que cuentas cosas brutales. También curiosas y divertidas. «Tengo muchas historias horribles que contar y las contaré, pero voy a esforzarme mucho por desenterrar también la diversión», promete.

Historia del punk: Siouxsie Sioux, Viv Albertine y Debbie Harry, arriba. Sentadas, Pauline Black, Poly Styrene y Chrissie Hynde / D.R.

Su primer exhibicionista, a los ocho años

«Incluso siendo una niña, siempre he despertado el interés sexual», reconoce Harry en sus memorias. Pero uno de los primeros abusos sexuales que sufrió ocurrió cuando tenía ocho años y caminaba por la carretera de camino a la piscina municipal. «Doblamos una esquina y estábamos a punto de pasar por delante de un coche aparcado, con la ventanilla del acompañante completamente bajada. Desde dentro del coche, alguien dijo: «Eh, pequeña, ¿sabes dónde está tal sitio?».

«Una mirada desagradable, un hombre mayor anodino, de pelo débil y descolorido... Tenía un mapa en el regazo, o tal vez era un periódico. Hacía todo tipo de preguntas sobre cómo llegar a determinados lugares y una de sus manos se movía por debajo del papel. De repente, el papel se deslizó y apareció su pene. Había estado jugando con él. Me sentí como una mosca en el borde de una tela de araña. Una ola de pánico invadió todo mi cuerpo».

«Esta experiencia me hizo abrir los ojos. Mi primer exhibicionista, aunque mi madre dijo que hubo otros. Una vez nos acechó un hombre vestido solo con una gabardina en el zoo de Central Park y no paraba de abrirla y cerrarla delante de nosotras. Con el tiempo, este tipo de incidentes, por su frecuencia, empezaron a parecerme casi normales«.

Teñida de platino Marilyn a los 14 años

«Cuando tenía catorce años ya me teñía el pelo. Quería ser rubia platino. (…) En mi época, Marilyn Monroe era la rubia platino más destacada de la gran pantalla. Era tremendamente carismática y el aura que desprendía era enorme. Me identificaba mucho con ella de maneras que no puedo describir fácilmente. (...) Con Marilyn sentía una vulnerabilidad y una clase concreta de femineidad que creía que compartíamos. Marilyn me parecía una persona que necesitaba mucho amor. Eso fue mucho antes de que descubriese que había sido una niña adoptada«.

Debbie Harry se inventó el personaje de Blondie como una versión oscura y siniestra de Marilyn Monroe. (FOTO: D.R.)

Tuvo un 'novio normal' que la maltrató

«Era pintor de brocha gorda. Creo que otras novias lo habían tratado mal y él era extremadamente posesivo y paranoico. (…) Rompí con él. Intenté hacerlo de forma amable pero me llamaba a todas horas. Vino a Ricky and Johnny's, la peluquería donde trabajaba, para maldecirme y amenazarme. Me siguió a casa cuando salí del trabajo».

«Era un hombre violento y corrosivo con un temperamento muy agresivo. También tenía armas. Yo no podía dormir, estaba muy agitada y tenía los nervios destrozados, así que me fui a la ciudad para ver a los Dolls porque eran sexys y alegres y muy divertidos».

Una violación le dolió menos que un robo

«Fue después de un concierto, en su casa y a manos de un ladrón «estiloso y moderno como Jimmy Hendrix» que se llevó todo lo que pudo. «No puedo decir que pasara mucho miedo. Me alegro mucho de que este evento sucediese antes de la irrupción del sida o hubiese entrado en pánico. Al final me dolieron más las guitarras robadas que la violación. De repente, estábamos sin equipo».

Rivalidad travesti con Patti Smith

«El rock, como he dicho, era un negocio muy masculino a mediados de los setenta. Patti se vestía de forma muy masculina . Aunque en el fondo creo que yo venía de un lugar similar, mi enfoque era distinto. En muchos aspectos se podría decir que lo que yo hacía era más estimulante: ser una mujer resuelta en el mundo del arte y ser una drag queen femenina, no un hombre drag, era entonces un claro acto de transgresión. Estaba enfatizando la idea de ser una mujer muy femenina mientras lideraba una banda de rock de hombres con un juego muy masculino».

«En las canciones decía cosas que las mujeres cantantes no decían por aquel entonces. No era sumisa ni le suplicaba que volviese; lo estaba machacando, echándolo de mi lado y también machacándome a mí misma. Mi personaje en Blondie era una muñeca hinchable, pero con un lado muy oscuro, provocativo y agresivo. Lo exageraba, pero iba muy en serio».

Deborah Harry hizo de sus afilados pómulos y su rubio oxigenado sus señales de identidad. (FOTO: D.R.)

Saltó en marcha del coche de un asesino en serie

Sucedió en Houston, mientras buscaba un taxi para acudir a una fiesta. No aparecía y un conductor insistió en llevarla. «Tenía el pelo corto y oscuro un poco ondulado. Era guapo, de hecho. Después de que le diese las gracias por recogerme no hubo más conversación; simplemente siguió conduciendo en silencio. Sin embargo, al instante empezó a llegarme su hedor, un olor corporal muy intenso que casi me quemaba los ojos«.

Entonces me alcanzó una sensación que nunca olvidaré. El vello de detrás de mi cuello se erizó, como el de un animal cuando está alarmado o listo para atacar. Todos mis instintos se pusieron en alerta. De algún modo metí mi brazo a presión por una grieta en la ventana, me levanté del asiento y conseguí abrir la puerta del coche desde el exterior. (…) Terminé con el culo en medio de la carretera. Pero no me hice daño y, afortunadamente, no volvió a por mí».

«No volví a pensar en aquella noche hasta unos quince años más tarde, cuando, en un vuelo a Los Ángeles, leí una historia en Time o en Newsweek. Trataba sobre Ted Bundy, el asesino en serie que acababa de ser ejecutado en Florida en la silla eléctrica. Había una foto de él. Le había dado al periodista la descripción de su coche y su modus operandi y cómo conseguía a sus víctimas, y todo encajaba exactamente con lo que me pasó».

Pudo ser Pris, el robot rubio de Blade Runner

Además de liderar Blondie, Harry se coló en los repartos de algunas de las películas de culto de la época: 'Videodrome', de David Cronenberg; 'Hairspray', de John Waters; 'Historias de Nueva York', de Martin Scorsese… Perdió el del robot Pris en 'Blade Runner', que fue a parar a Daryl Hannah. Su pelo era punk cien por cien Debbie Harry.

«Cuando me enviaron el guion de 'Blade Runner', la compañía también lo obstaculizó y, yo, realmente, quería hacer aquella película. Y estoy segura de que nos hubiese ayudado a vender discos. Pero parecía que cuanto más alto llegábamos, menos querían que hiciésemos cosas al margen de Blondie. Especialmente yo».

Debbie Harry, con otra histórica de la escena: Joan Jett. / D.R:

Papelón con David Bowie e Iggy Pop en un camerino

Fue en la primera gira de Blondie. «David e Iggy querían conseguir cocaína. Su contacto en Nueva York había muerto repentinamente y se habían quedado sin nada. Un amigo me había dado un gramo, pero yo prácticamente no lo había tocado. No me gustaba mucho la cocaína , me alteraba demasiado, me ponía tensa y me dañaba la garganta. Así que fui arriba con mi alijo de cocaína y la succionaron de una vez. Después de esto, David se sacó la polla, como si yo fuese la revisora oficial o algo así».

«El tamaño de la de David era célebre, por supuesto, y le gustaba sacársela tanto con hombres como con mujeres. Era muy divertido, adorable y sexy. Un momento después Chris entró en la sala, pero ya se había terminado el espectáculo. No había nada que ver. Y fue un alivio, claro».

Se inyectó células de oveja negra en Suiza

Debbie Harry leyó un artículo en 'Vogue' sobre una terapia de rejuvenecimiento celular y, aprovechando un viaje a Suiza, acudió a la clínica La Prairie, más tarde famosa por sus cremas . Puede que sea este tipo de tratamiento lo que explica su increíble jovialidad. «La clínica se ha reinventado desde entonces, pero cuando estuvimos allí era más como un hospital. Había doctores y enfermeras y una batería de análisis de sangre y radiografías. Luego vino una serie de inyecciones con células embrionarias de oveja negra. Nunca supe por qué tenía que ser negra)».

«Uno de los creadores de esta terapia y miembro del gabinete asesor de La Prairie fue Christian Barnard, el cirujano que realizó la primera cirugía a corazón abierto, lo que llevó al desarrollo de los trasplantes de corazón. Era un científico muy innovador y eso, al principio, me hizo estar alerta. Las dosis que nos dio eran enormes y las inyecciones eran dolorosas (esto es algo que también ha cambiado con los años). Chris sintió que aquella oveja negra le había insuflado energía por un tiempo y también tuvo un efecto positivo en mí».

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