Hubo un tiempo en Grecia en el que los muy ricos se relacionaban con los muy poderosos a base de barcos y joyas. Entre los muy ricos figuraba el armador Stavros Niarchos , el mismo que competía con Aristoteles Onassis en cantidad de fortuna y calidad de amantes. Aunque parezca mentira los vínculos que forjó Stavros Niarchos el siglo pasado continúan escritos en piedra sesenta años más tarde, aunque ahora son sus herederos, como su nieta Eugenie Niarchos, quienes los disfrutan y hemos podido verlo este mismo fin de semana. Eugenie Niarchos fue una de las invitadas de lujo en la boda de Felipe de Grecia y Nina Flohr , una ceremonia en la que se codeó con otras jóvenes millonarias, como ella, con los Casiraghi (porque para algo es íntima de Tatiana Santo Domingo y Carlota Casiraghi) y con una de las mujeres que mejor conoce a su familia, Marie-Chantal Miller , amiga de su padre Philippos Niarchos. Pero antes de llegar a Marie-Chantal, merece la pena explicar la relacion de los Niarchos con la reina Sofía, el rey Juan Carlos, una tiara y una noche de bodas para el recuerdo.
En 1962, cuando la entonces princesa Sofía se casó en Atenas (en la misma catedral que su sobrino Phillipos) con el príncipe Juan Carlos, nada hacía prever que el exilio estaba en el futuro de la familia real griega. Lo que tenía que enfrentar entonces la princesa griega rechazada por el amor de su vida era «el deber» de casarse con «Juanito el de Barcelona».
Para endulzar el camino hasta el altar Stravros Niarchos le compró a la princesa un regalo digno de la reina en la que se acabó convirtiendo: unos rubíes que la firma de alta joyería Van Cleef & Arpels solo había prestado antres que a ella a Sofía Loren y Audrey Hepburn. Los rubíes Niarchos pueden combinarse para formar un collar y una tiara y, con el tiempo, se convertirían en las únicas joyas que la reina Sofía jamás ha prestado a su nuera, la reina Letizia.
Además de unas joyas dignas de la realeza el armador griego proporcionó a los recién casados un barco en el que disfrutar de la noche de bodas y de la luna de miel... algo bastante difícil de conseguir si se tiene en cuenta que el día de su boda el hijo del Conde de Barcelona estaba escayolado y con la clavícula rota.
No sería la primera ni la última vez que la familia Niarchos le haría un buen servicio a la familia real griega. Décadas más tarde, Philippos Niarchos organizó en Nueva Orleans una fiesta épica por su cumpleaños a la que invitó al heredero del rey Constantino II de Grecia, Pablo. Justo en esa fiesta fue donde Pablo de Grecia conoció y cayó rendido ante los encantos de una joven multimillonaria estadounidense, un auténtico «cisne social» llamado Marie-Chantal Miller .
Eugenie es la digna sucesora de esta saga de Niarchos, reyes, princesas, millones y joyas. Como no podía ser de otra forma una vez Eugenie se está haciendo un nombre como diseñadora de joyería y ha lanzado varias colecciones al mercado de su firma Venyx. Como tampoco podía ser de otra forma es íntima de la familia real griega, de hecho ella y su hermana Electra comparten ocio a menudo con Olympia de Grecia y, por supuesto, acudió a la boda real griega de Felipe en Atenas.
Eugenie nació en Nueva York, estudió en un internado en París y vive en Londres en el mismo barrio en el que nació la reina Isabel II en una casa que necesita a tres mujeres para permanecer limpia. Pero si destaca por algo, además de por su pasión por las piedras preciosas y el tamaño de su casa en la zona más cara de Londres, es por su discreción. Su compromiso por hacerse un nombre como diseñadora choca con su timidez innnata. Gracias a los dioses (griegos) el camino hacia sus sueños ha estado lleno de «coincidencias» celestiales, como que la directora de Vogue la animara a cumplirlos y lanzara sus primeros diseños a través de la firma Repossi, la misma que suministra sus joyas a la familia real monegasca desde tiempos de Rainiero.
Su amistad con la heredera de Repossi y con los hijos de Carolina de Mónaco, especialmente con Carlota Casiraghi y su cuñada Tatiana Santo Domingo, seguramente la ayudaron a decidir que lo que había hecvho en la firma de joyas había merecido la pena y que bien podía lanzarse en solitario a ese mundo. Pero Mónaco y Grecia no son los únicos royals con los que se codea a menudo la representante de la nueva generación de Niarchos, también se la visto en un giro inesperado mezclando joyas, monarcas y pasión vintage posando con las joyas de María Antonieta que subastó Sotheby's en 2018... Sin duda solo un Niarchos podría fusionar joyas y royals con tanta naturalidad.
20 de enero-18 de febrero
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