Isabel Preysler es el rostro más conocido de una familia tan numerosa como popular, tanto que estamos acostumbrados a contemplar las novedades amorosas y profesionales de sus hijos (especialmente de Tamara Falcó que va camino de tomarle el relevo como reina de corazones) y sobrinos en los medios. Pero a veces los árboles no nos dejan ver el bosque y, cuando echamos la vista atrás, nos damos cuenta que no todo son posados fantásticos en fiestas e Instagram y que las tragedias también han afectado a los Preysler. La más terrible, sin lugar a dudas, es la muerte inesperada y temprana de algunos de los cinco hermanos de Isabel Preysler.
La madre de Isabel Preysler, la famosa «Betty» o «Beba» ( Beatriz Arrastia ) era filipina de pura cepa pero con ancestros españoles. Cuando se casó con Carlos Preysler formó una de las parejas más elegantes de la sociedad filipina. Él fue durante años el delegado del Banco Español de Crédito en Manila y después trabajó para las Líneas Aéreas Filipinas. Ella era una mujer tan elegante como religiosa que dio a luz a seis hijos ( Isabel, Victoria, Enrique, Carlos y los mellizos Joaquín y Beatriz) de los que tuvo que enterrar a tres.
La primera gran pérdida familiar llegó pronto. Enrique, el hijo al que todo el mundo quería, murió en extrañas circunstancias en un hotel de Hong Kong cuando apenas tenía 25 años. Ricky, como le llamaban sus íntimos, era una de las alegrías de la familia Preysler y su fallecimiento por culpa de la mala combustión de una estufa fue un auténtico trauma para todo el clan. La prensa del momento afirmaba que el joven murió en la bañera del hotel en el que se reunía con su amante (una dama de la alta soeidad) y que en la habitación se encontró heroína, algo que Isabel Preysler ha negado siempre.
Desafortunadamente la droga sí hizo acto de aparición el otro de los hermanos Preysler que tuvo una muerte prematura. Su hermano Carlos empezó a coquetear con las drogas a una edad muy temprana y acabó enganchado a ellas con tan solo 16 años. A pesar de lo mucho que se esforzó la familia por que dejara atrás su adicción, la vida de Carlos estuvo siempre marcada por ella e incluso acabó delinquiendo (se le acusaba, entre otras cosas, de atraco a mano armada) y pasando cinco años en la cárcel. Falleció de forma fulminante por culpa de un cáncer.
Durante un tiempo se rumoreó que otro de los hermanos Preysler, Joaquín (mellizo de Beatriz), también coqueteó con las drogas en su juventud, motivo por el que «huyó» a exiliarse en Canadá, donde acabó encontrando a su pareja y se instalaría definitivamente. Isabel preysler también vivió su propio «exilio» familiar cuando la enviaron a Madrid. «Hay una generación perdida en aquel país por esta cuestión [las drogas]. Yo, por suerte, me libré, porque me casé a los 20 años y me fui«, afirmó Isabel Presyler en una entrevista muchos años después. Pero aunque en esta ocasión los Preysler esquivaron la mala fortuna, aún quedaba un golpe final.
De nuevo la culpa fue del cáncer. Beatriz, la hermana con la Isabel Preysler llegó a Madrid también fallecería por culpa de un cáncer de pulmón. Ese es el motivo por el que Isabel Preysler será la madrina de boda de su sobrino Álvaro Castillejo en la boda que reunirá a todo el clan el próximo mes de julio.
20 de enero-18 de febrero
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