María de la Orden es de esas mujeres que saborean el éxito desde la distancia. Aunque podría haber explotado mediáticamente sus conexiones sociales aristocráticas y reales (gran amiga de Tamara Falcó, la modelo Eugenia Silva y Sassa de Osma entre otras) en Instagram, María de la Orden prefiere ese semianonimato que le da una posición privilegiada. Diseñadora de vocación, pero abogada y economista de formación, María se trasladó a París con tan solo 18 años para estudiar en la prestigiosa universidad de la Sorbona.
Nacida en el seno de una familia adinerada, y consciente de que la moda es un sector muy complicado, terminó sus estudios y consiguió su primer trabajo en una empresa multinacional. Es allí donde su jefa, quien sabía de su interés por el diseño, le anima a crear su primera colección para presentar en la feria Who's Next. Unas prendas que confeccionó echando la vista atrás e inspirándose en la cultura, la artesanía y las telas étnicas que la enamoraron en un viaje familiar a Perú.
De esta experiencia, María de la Orden aprendió dos cosas: el networking lo es todo y las redes sociales más todavía. Es por eso que la joven abrió una cuenta de Instagram que se ha convertido en su mejor catálogo. Los colores alegres, los cuadros vichy, el campo inglés, sombreros, complementoz y demás fueron los elementos que poco a poco comenzaron a enamorar a algunas de sus amigas: Sassa de Osma, Beatrice de Borromeo, Eugenia Silva. Blanca Miró o Tamara Falcó.
Nadie sabe exactamente si lo que unió a María con este círculo de amistades tan exclusivo fue la moda o la joven ya las conocía de antes. Lo que está claro es que su vida en París y sus estudios en la Soborna le dieron la llave para codearse con aristócratas y realeza a diario. Lo que sí ha contado es que cuando vio que sus prendas se colaban en los armarios de su círculo más cercano y de la sociedad más elitista decidió abandonar su trabajo en la multinacional y dedicarse en cuerpo y alma a su firma, María de la Orden Studio.
Instagram y el trabajo duro le fueron abriendo camino entre algunas influences, pero no fue hasta 2019 cuando la marca dio un salto de gigante al aliarse con otra amiga, Laura de La Révélière. Esta se encargó del marketing, la logística y las finanzas y en 2020 la firma alcanzaba una facturación de un millón de euros, que rozó los dos millones en 2021. Y esto no ha hecho más que empezar.
Aunque María y Laura cuentan con contactos que cubren casi todo el globo terráqueo fue toda una sorpresa que la reina Letizia escogiese un vestido de rayas de estética marina durante su estancia en Palma para acudir al homenaje del medallista olímpico Joan Cardona.
«Que una figura tan importante como la reina lleve uno de nuestros diseños fue muy inspirador y nos motiva a seguir haciendo cosas. Gracias a estas pequeñas victorias seguimos trabajando y haciendo lo máximo», aseguró María en una de las pocas entrevistas que concede.
Extremadamente discreta en lo que a su vida sentimental se refiere, María de la Orden no parece tener el corazón ocupado. Y si alguien lo ocupa, ella prefiere no desvelarlo. Con 150.000 seguidores en su cuenta personal de Instagram, la única información que podemos extraer de la misma es que le encanta viajar, que vive a caballo entre Madrid y París y que tiene un perro del que no se separa.
Tremendamente inteligente para los negocios, María de la Orden es también la cofundadora de La Veste, una firma de ropa que ha creado junto a Blanca Miró y que ya ha llamado la atención de actrices de la talla internacional de Julia Garner (protagonista de Ozark).
Pero como la diversificación lo es todo, María de la Orden también se adentró en el mundo de la decoración de vajillas. Una línea de negocio que abrió junto a otra amiga, Laura Boyadjian, bajo el nombre de Table nº7 en verano del año pasado.
Exitosa, estilosa y muy bien conectada, María de la Orden se ha convertido en una de esas girls-to-follow que triunfan en la vida real y en la digital por su lifestyle sofisticado y cargado de lujo. ¿Quién no querría saber todo y cada uno de sus movimientos?