La gala Starlite confirmó lo previsible: la reaparición de Paloma Cuevas fue mucho más que una reactivación de la vida social para una triste divorciada. Se cumplió la teoría de Khloé Kardashian que recomienda finiquitar un matrimonio con un buen 'revenge body': Paloma resurgió tras un año de dolor escultural, elegantísima y, probablemente, con una nueva cara, más rejuvenecida. Con un golpe de capa fulminó los besos y arrullos de Enrique Ponce y Ana Soria en las redes sociales y mostró lo que podemos esperar de esta nueva Paloma, por fin divorciada. Será una divorciada familiar, alegre y activa, con casa a estrenar, nuevo trabajo como diseñadora de moda y una vida social envidiable, probablemente ajena a las portadas de las revistas.

Acaso esta nueva Paloma, bella y silenciosa, no se plantea aún si el mal trago de los pasados doce meses no ha sido un infortunio sino un golpe de suerte. Sin embargo, podríamos aventurar que la huida de Enrique Ponce ha de resultar, a la postre, providencial. Si Paloma Cuevas tiene frente a sí un planeta de posibilidades dentro de la moda y como 'socialite', su ex se enfrenta a un momento vital incierto: acaba de dejar los toros, sus negocios no funcionan todo lo bien que se esperaba y su carrera de cantante de boleros no termina de despegar. De hecho, nadie sabe muy bien a qué se va a dedicar el ex torero mientras su nueva novia, Ana Soria, estudia Derecho. Sin duda, Paloma Cuevas ríe la última.

Otro caso reciente de divorciada famosa que, por lo que parece, se ha quitado un peso de encima es el de Fabiola Martínez, separada de Bertín Osborne después de 14 años de matrimonio. «Yo llegué a la vida de Bertín y me acoplé a él, eso nunca funciona2, explicó en la entrevista en que puso de largo a su nuevo yo soltero. «Lo más difícil siempre es tomar la decisión de separarse, pero ahora veo que ambos estamos mejor». Efectivamente: Fabiola habló de baja autoestima, falta de proyecto y una existencia siempre dependiente de la de su famoso marido.

En su relato, Fabiola Martínez se olvidó de ella misma y se dedicó en cuerpo y alma al desarrollo de la carrera profesional de su marido y a su familia. «Él nunca me obligó a nada, siempre me ha apoyado en cualquier iniciativa que tenía. Ir a remolque de la vida de otra persona para alguien como yo no ha sido fácil», remarcó la ex modelo. Ahora vuela sola y, por lo que parece, trabaja ya en un proyecto para televisión. Y, por cierto, también está guapísima.

No nos podemos olvidar de Sara Carbonero, cuya historia de amor con Iker Casillas comenzó en su beso de la Eurocopa en televisión, y ha terminado también en la tele, pero con algunos episodios lamentablemente atribuidos al futbolista. Ahora que se ha hecho pública la doble vida de la estrella del deporte y ciertos rasgos de su personalidad, no parece demasiado arriesgado sostener que Sara está mejor, mucho mejor, ahora. De hecho, podría haber comenzado una relación con el cantautor Kiki Morente.

No sabemos si ha fructificado porque la muy romántica Carbonero envía unos mensajes crípticos a través de Instagram. «Amante de las causas perdidas», escribió hace días. «Yo me podría acomodar, sin molestarte en un rincón, donde pudieras acordarte que cuando el tiempo haya pasado y tengas ganas en esas ganas, me encontrarás'. Cuenta conmigo«, confirma en su última publicación. Ojalá tenga fidelidad y felicidad: se la merece.