Solo hay que verla en las portadas para deducir que Paloma Cuevas, superado su primer año como divorciada, vive un momento dulce. Dulcísimo. No solo recibe premios (por su labor solidaria, de la mano de Antonio Banderas y en la gala Starlite), luce alta costura en París y diseña ella misma vestidos de fiesta de ensueño (en breve, os presentará Rosa Clará). Además, comienzan a proliferar todo tipo de rumores al respecto de su vida sentimental, una incógnita que ha colocado en primera línea de sospecha a varios hombres, habituales en el círculo de amigos de Cuevas. El primero fue el magnate mexicano Eugenio López Alonso, posible nuevo novio al que le uniría solo una entrañable amistad.
Otro candidato factible ha sido el doctor Villamor, gran amigo de la familia y asiduo a las fiestas familiares. Acudió, por descontado, a la primera comunión de la hija menos Paloma Cuevas y Enrique Ponce y al cumpleaños de Victoriano Valencia. El doctor Villamor no parece ocupar, de momento, el corazón de Paloma Cuevas, aunque sí haya tenido contacto directo con otros miembros de la familia: operó al padre de Cuevas, Victoriano Valencia, de la rodilla y dos veces más a Enrique Ponce. También sonaron las alarmas con su acompañante misterioso en la boda del hijo de Cristina Yanes, pero resultó otro de sus amigos.
Pese a su intensa vida social y a sus muchos amigos, no cesa el deseo de emparejar a Paloma Cuevas, ahora mismo la soltera de oro de nuestro panorama social. La última teoría sobre el hombre misterioso que habría ocupado el lugar de Enrique Ponce recorren ya los círculos radiofónicos de la crónica social. Aquí se insiste en que la belleza radiante de Cuevas no es solo producto de los cuidados estéticos y la magia del retoque, sino de una nueva ilusión sentimental que ya le estaría poniendo tiritas a su 'corazón partío': un ejecutivo importante.
Según el portal Informalia, el desconocido hombre que sale con Paloma Cuevas no es tan misterioso: se trata de un directivo de una importante aseguradora sanitaria española de edad madura, talante simpático y favorable al mundo de los famosos y la vida social. Más sanador, imposible. Sin embargo, no es probable que la ex de Enrique Ponce eche abajo el muro de silencio que rodea todo lo que tiene que ver con su intimidad. De ninguna manera va a dejar que ningún rumor desestabilice la tranquilidad de sus hijas y, seguramente, tampoco va confirmar nombres hasta no tener clarísimo que esa nueva relación va para largo. Y, a ser posible, para siempre.