Paloma Cuevas puede presumir de haber comenzado una nueva etapa de su vida y ser muy capaz de disfrutar del verano de 2021… algo que estamos seguros de que no sucedió en el verano de 2020. El año pasado el verano fue el momento de mayor exposición mediática de su ruptura con Enrique Ponce . Mientras el diestro exhibía su amor por Ana Soria , una estudiante de derecho de 24 años, por redes sociales y portadas de revistas, Paloma Cuevas se refugiaba en su círculo íntimo y era casi imposible verla en público y mucho menos hacerle decir nada sobre el tema. Un año más tarde el panorama ha cambiado y mucho.
Paloma Cuevas ya tiene firmado su divorcio de Enrique Ponce tras un año de negociaciones y el acuerdo se ha saldado, finalmente, con la diseñadora llevándose el gato al agua en los puntos en los que no quería ceder, como por ejemplo la custodia de sus hijas Paloma y Blanca.
Económicamente, no se ha llevado nada (no hay compensación econímica, Enrique Ponce solo debe pasar la pensión por sus hijas) porque no había pedido nada. La finca Cetrina del torero, se queda con el torero, y el piso cerca del Parque del Oeste madrileño donde residían juntos hasta ahora también. A cambio Paloma Cuevas se muda a la zona más exclusiva de Madrid: La Finca.
Podría pensarse que dejar un piso céntrico en Madrid por un chalet en la periferia (por muy privilegiada que sea) puede suponer un paso atrás para la empresaria, pero nada más lejos de la realidad. Según publica Vanitatis sobre la casa madrileña que disfrutará en exclusiva Enrique Ponce pesa una deuda de más de un millón de euros. Al parecer, 25 días después de anunciar públicamente la ruptura de la pareja, el diestro, a través de una de sus empresas, solicitó que se rehipotecara el inmueble
Po su lado, la casa sin deudas a la que se mudará Paloma Cuevas es una vivienda de 650 metros con jardín y piscina en una de las urbanizaciones más caras y exclusivas de Madrid. Este inmubele es propiedad de Paloma Cuevas y Enrique Ponce desde 2013 porque fue uno de los regalos que su padre, Victoriano Valencia, le hizo a la pareja. Ahora Paloma Cuevas se instalará y disfrutará de este chalet en compañía de sus hijas y sus padres.
Por lo demás su verano se ha convertido, en contraste con el anterior, en un sinfín de escapadas y apariciones estelares. Acabamos de verla protagonizando un revelador reportaje en exclusiva en Hola, tiene previsto aparecer en agosto en la gala Starlite marbellí para recoger un premio que se le ha concedido por su labor como filántropa y en septiembre presentará la colección de fiesta que ha diseñado para Rosa Clará.
Con un futuro tan prometedor no es extraño verla deslumbrar en sus apariciones públicas y feeds de Instagram, ya sea en la playa con sus hijas, en una boda en Cantabria posando con su amiga la diseñadora de joyas Cristina Yanes, apoyando el amor de sus hijas por la hípica gracias a su amiga Margarita Vargas o de fiesta con sus íntimas y el que se rumorea que podría ser un amigo especial, Eugenio López Alonso.
Un tren de vida social que, por una vez, parece haber molestado a los que están al otro extremo de la ruptura que se convirtió en el escándalo del verano pasado: Ana Soria, ante la entrevista en Hola de Paloma Cuevas, solo ha acertado a declarar en La Razón « Nosotros somos más de playa que de hablar de nuestra vida, pero cada uno que haga lo que quiera«. Efectivamente, este verano parece que Paloma Cuevas está más que dispuesta a hacer lo que le dé la gana.
20 de enero-18 de febrero
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