Gracias, amiga La maldición (y resurrección) de Paula Echevarría, la gran influencer española que agotó su carrera en la ficción y ahora hace más por la moda inclusiva que Zara

Parece que han pasado siglos, pero fue en 2017 cuando Paula Echevarría provocó un terremoto mediático solo comparable a la infidelidad en el metaverso festivalero que sufrió Tamara Falcó . Echevarría también tuvo que salir, patrocinada por una marca, a dar explicaciones de su divorcio de David Bustamante. Aquel momento fue el pico de una popularidad que, inexplicablemente, la abandonó. ¿Se le rompió la fama de tanto usarla?

Lo cierto es que fueron años frenéticos de portadas, entrevistas, virales, viajes y proyectos profesionales. Paula Echevarría (45 años) triunfaba con películas ('Luz de domingo' u 'Ola de crímenes') y series (de 'El Comisario' a 'Velvet'). Fue la actriz del momento, la influencer del año y la famosa que más portadas vendía. Y, de repente, silencio. Profesional, claro. En lo personal no puede haberle ido mejor, desde su noviazgo y matrimonio en 2018 con Miguel Torres y el nacimiento de su segundo hijo, Miguel.

Pero nos interesa el talento, no los vericuetos íntimos. Sobre todo porque tampoco tenemos tantas mujeres maduras, auténticas y de carácter proyectadas en las ficciones de la televisión y el cine. Imaginemos lo que fue la segunda década del siglo para Paula Echevarría: solo en 2014 fue elegida Mujer del Año por 'Mujerhoy', Mejor Actriz por 'Cosmopolitan' y Mujer Elle en los 'Elle Awards'. En 2016 ganó el premio a la Mejor Actriz de Televisión en los Fotogramas de Plata.

Todo se paró en 2019, y quisiéramos saber por qué. De esa fecha data su última serie, un personaje para tres episodios en 'Los nuestros', y su última película, un papel secundario en 'Si yo fuera rico', de Álvaro Fernández Armero. En 2022 se incorporó como jurado a 'Got Talent' pero, claro, ya en una clave 'televisión personality' que no habría cultivado hasta la fecha. ¿Por qué ya no tiene proyectos Paula Echevarría? ¿A qué se debe su desaparición de la ficción?

Parece, por la ausencia de razones y la evidencia de talento, una maldición. Pero no, no faltan razones, porque Echevarría ha explicado en entrevistas en todos los periódicos de tirada nacional que no rueda porque quiere dormir cada noche en su casa: su familia es lo primero. Y, hasta la fecha, todos los rodajes que se proponían eran en el extranjero. ¿De verdad? Ni siquiera estuvo en la última alfombra roja de los Goya. Decepción total.

Paula ha seguido cultivando su perfil de Instagram, el que la propulsó como una de las primeras y más poderosas famosas-influencers. Y, de hecho, solo la moda parece ahora responder a sus deseos o viceversa. Paula tiene la nada despreciable cifra de 3,6 millones de seguidores en Instagram, lo que la sitúa en el top ten de influencers españolas. Un talento que explota un entorno híbrido entre el estilo, el branding, la belleza y la televisión.

Puede que la ficción le dé esquinazo a Echevarría actriz, pero nos queda la Paula que se vuelca en la moda. No nos interesa tanto la promoción de estilo de su perfil de Instagram, de sobra conocida, sino su colaboración con una de esas marcas que, en principio, no hubieras situado en su órbita de influencia. Nos referimos a Primark, la franquicia textil del low cost más adorada por la comunidad curvy (o talla grande) global.

Ninguna mujer con talla curvy va a olvidar la primera colección de Paula Echevarría para Primark, con aquel abrigo rosa que, por fin, nos abrochaba a todas. La segunda colección que ha firmado para la cadena irlandesa continúa dándole alegrías a la comunidad plus global, pues todos sus looks presumen de una diversidad de tallas que no tantas marcas pueden igualar. De Inditex, ninguna.

Al tiempo que Paula Echavarría vuelve a convencer a mujeres de todas las tallas con sus looks para Primark, Zara lanzaba una minicolección que publicitaba como «moda sin talla», accesible para la diversidad de los cuerpos, gracias a un tejido arrugado y elástico. Publicidad engañosa, pues algunas de las influencers curvy más importantes (María Rodríguez de PrettyAndOle, por ejemplo) han creado el contenido correspondiente para demostrar todo lo contrario. De elástico, nada de nada. De inclusivo, menos.