La futura presidenta de Inditex, Marta Ortega –accederá al puesto el 1 de abril–, saltó de nuevo a las páginas de los periódicos este verano por la compra del majestuoso pazo de Aián, en Cambre. Se encuentra en Sigrás, una parroquia que pertenece a este municipio, a 12 kilómetros de A Coruña, en pleno Camino de Santiago. Muy cerca está el pazo de Anceis, la casa donde pasan largas temporadas su padre, Amancio Ortega, y su madre, Flora Pérez. Recordemos que son su hermanastra, Sandra Ortega, hija de Rosalía Mera, la primer mujer del fundador de Inditex, apenas tiene relación.

El pazo de Aián fue una las propiedades más caras y prestigiosas de la provincia durante años. Es un pazo histórico que cuenta con una protección especial. Si su nueva propietaria quiere hacer reformas, tendrá que tenerlo en cuenta y respetar las características originales.

Marta y su marido, Carlos Torretta, viven en la actualidad en A Coruña, en el paseo de la Dársena junto al puerto coruñés, con sus dos hijos, Amancio y Matilda. Marta Ortega también posee un piso en Madrid, en una de las zonas más exclusivas del centro de la capital, que compró a principios de 2021 por 10 millones de euros. El pazo de Aián parece que le costó tres millones de euros y que será su segunda residencia.

La propiedad cuenta con 16.000 metros cuadrados de extensión y está cerca –a unos 10 minutos en coche– del pazo de Anceis, la casa donde pasan largas temporadas Amancio Ortega y su esposa, Flora Pérez, y donde se casó, en 2012 Marta con su primer marido, el jinete Sergio Álvarez.

El pazo de Aián fue construido en el siglo XVIII, aunque la propiedad data del siglo XVI, y muestra elementos neoclásicos, mezclados con arquitectura popular. Es de piedra y mampostería. En su fachada destaca un gran soportal. Esta rodeado de un muro de piedra, y alberga tres viviendas. La construcción principal tiene más de 1.000 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, y otras dos, la Casa del Jardín, de 300 metros cuadrados, y la de los caseros, de 200 metros cuadrados.

Cuenta también con una capilla de estilo neo románico. A lo largo del siglo XX le añadieron galerías a la fachada, lo que hace que su estilo sea más mezclado. La vivienda principal cuenta con 10 habitaciones y seis baños. En la propiedad destacan los jardines con una parte ornamental, fuente, huerta y numerosos árboles –entre ellos magníficos cipreses– y un estanque en la parte posterior donde, en su día, había un gran número de frutales. Parece que llevaba tiempo desocupado.

En este pazo, se casó, en 1916, Pedro Barrié de la Maza, que llegaría a ser el primer conde de Fenosa y uno de los empresarios más importantes de Galicia en el siglo XX, con Amalia Torres Sanjurjo. El pazo pertenecía a la familia de Amalia y lo heredó ella. Tenía 35 años cuando contrajo matrimonio, el segundo de sus enlaces, tras quedarse viuda de Fernando Sánchez Arjona, terrateniente y abogado del Estado salmantino. Amalia murió sin hijos y dejó la propiedad en herencia a su sobrina Amalia Fariña Torres, hija de su hermana Josefa, y casada con el general Juan Castañón Mena, ministro de Franco.

Fue su hija, Amalia Castañón Fariña, quien le vendió la propiedad a Marta Ortega el pasado verano. Hasta ese momento había sido centro de reunión para la familia, especialmente en verano. La familia reside en Madrid y allí trasladaron todos los muebles y enseres que permanecían en el interior del edificio. Otra parte fue donada. Marta Ortega lo quería vacío.

El edificio albergó a uno de los personajes más ilustres de la A Coruña de la primera mitad del siglo XX, la millonaria Herminia Rodriguez-Borrell Feijóo, una mujer bella y de gran carácter, adelantada a su tiempo, que dejó huella por su cultura y su liberal forma de vida. Procedía de una familia de Camariñas, que había hecho fortuna con el negocio azucarero en Cuba. Nació en A Coruña en 1897 y fue la primera mujer española en sacarse el carnet de conducir, la primera en tener una moto, y de las primeras en fumar en público. Con los años, fue nombrada presidenta honoraria del equipo de fútbol Deportivo de A Coruña. Llamaba la atención por su belleza y su arrogancia.

Herminia Rodriguez-Borrell Feijóo vivió en el pazo en la primera mitad del siglo XX / D.R.

Su puesta de largo se celebró en el pazo de Meirás, propiedad de la escritora Emilia Pardo Bazán. Pasó su juventud en Londres, donde la mandaron sus padres para aprender inglés y donde disfrutó de las fiestas desenfrenadas de la época del charleston, viajó por Europa, y pasó temporadas en París. Se casó, en 1922, por lo civil, con Nibar Gulbenkian, un hijo del magnate del petróleo armenio Calouste Gulbenkian, filántropo y coleccionista de arte, que nunca aprobó el matrimonio.

La pareja se instaló en Londres, en el Ritz, el primer año, luego compró una casa. El champagne corría sin medida, se desplazaban a todas partes en rolls-royce. Toda esta vida de lujo convirtió a Herminia en la más moderna de su época y en una pionera en muchos aspectos de su vida. Volvió a A Coruña, tras divorciarse de su marido, a finales de los años veinte, harta de sus infidelidades y de su carácter difícil. Ella no era una mujer sumisa o complaciente.

Se instaló en el Pazo de Aián. Tenía 30 años y convirtió la casa en epicentro de la vida social coruñesa. La llenó de muebles, obras de arte y piezas de Sargdelos. Fue como una revolución, pero ya lo había sido antes de marcharse a Londres. Iba en bicicleta, vestía pantalones, jugaba al tenis en el Club de Tenis de A Coruña, tenía dos barcos. Vistió el traje de baño sin la tradicional falda para tapar las piernas de la época y utilizó asiduamente una prenda eminentemente masculina, el guardapolvo, que se vestía a la hora de ir en coche para no manchar la ropa. Herminia murió en Sigrás, en 1971, muy enferma y con la cabeza perdida, rodeada de animales y en condiciones insalubres.

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