bruja con poderes Quién es Marcela Topor, la misteriosa mujer de Carles Puigdemont que es pitonisa y actriz: romance en Moldavia, amor en París y boda en Girona

Fue primera dama de las instituciones catalanas de enero de 2016 a octubre de 2017, mientras Carles Puigdemont fue presidente de la Generalitat. Marcela Topor probó las mieles del poder autonómico, una 'dolce vita' que sorprendentemente ha logrado mantener pese a la fuga de Puigdemont a Waterloo (Bélgica), tras la declaración ilegal de independencia de 2017. ¿Quién es esta misteriosa mujer que el ex presidente protege con uñas y dientes?

El destino de la familia Puigdemont Topor , con el ex presidente fugado, su enamorada y las dos hijas adolescentes de la pareja, vuelve a dar un vuelco tras su regreso a España. La residencia del político nacionalista parecía eternizarse en Waterloo, condenando a un cisma familiar. Ahora, sin embargo, la vuelta del político deja abierta la puerta a una vida en Cataluña para la familia.

El perfil biográfico de Marcela Topor llamó la atención desde el minuto cero: no conocimos una primera dama al uso. Lo primero que llamó la atención fue su origen: Rumanía . La pareja se conoció en 1998, cuando Marcela acudió a a Girona con la compañía de teatro Ludic Theatre, que participaba en un festival internacional de teatro amateur. Topor hacía sus pinitos como actriz y Carles comenzaba a hacer carrera entre el periodismo y la política.

Tras el flechazo en tierras catalanas, el cortejo tuvo que producirse a distancia, pues Marcela volvió a Lasi, antigua capital del Principado de Moldavia y su ciudad natal. Allí tuvieron lugar las primeras citas con Carles Puigdemont, un cortejo que se trasladó a París para convertirse, directamente, en seducción. En el año 2000 los enamorados protagonizaron dos bodas : se casaron en Rosas, en una ceremonia laica, y en Rumanía, por el rito ortodoxo. Topor, filóloga inglesa y periodista con vocación de actriz, se trasladó definitivamente a España.

Contra todo pronóstico, Marcela Topor trabajó en medios de comunicación desde el mismo momento en que llegó a España como señora de Puigdemont. Inevitable pensar en que los contactos de su influyente esposo la ayudaron a colocarse, primero como traductora en la Agencia Catalana de Noticias (dirigida precisamente por Carles) y más tarde como periodista en el periódico Catalonia Today y en el canal Punt-Avui.

Más allá de las informaciones biográficas habituales, conocemos detalles más curiosos sobre la personalidad de Marcela Topor que han ido saliendo a la luz a lo largo de los años. Sabemos que familia y amigos no la llaman Marcela, sino Mars. Y que tiene un carácter alegre y optimista y es trabajadora y discreta. No ejerció de primera dama catalana más que cuando fue inevitable hacerlo y aprendió catalán antes que español.

De todas las curiosidades que conocemos de la esposa de Carles Puigdemont, probablemente el más excéntrico sea su afición a la mística y la magia. «Es una especie de maga», han llegado a declarar sus amigos más cercanos a 'La Razón'. El diario asegura que suele recurrir habitualmente al mundo de los espíritus, del que es una fiel creyente desde pequeña, debido a que fue educada en las tradiciones más ancestrales de Rumania.

Marcela Topor cree en la adivinación y el poder de los amuletos. De hecho, Carles Puigdemont llevaba el famoso gallo de Horezu en el bolsillo cuando se hizo con la Generalitat. Se trata de una mítica cerámica rumana, de la región de Bucoviona, que otorga buena suerte.

Pero, además, Mars predice el futuro en función de la naturaleza, siempre según 'La Razón', que asegura que su marido comparte estas creencias. Compañeros de colegio revelaron que le gustaba vestirse de nigromante y leer libros de magia. Con estos antecedentes, no debe extrañar que Carles Puigdemont y Marcela Topor gustaran de viajes con fuerte contenido místico, cuando la situación legal del político independentista le permitía moverse libremente.

Su viaje de novios transcurrió por las tierras de Transilvania, cuna del mítico conde Drácula, dónde existe una antiquísima civilización muy relacionada con el trabajo de la madera (el padre de ella es artesano). Los ritos antiguos y mitología de esta región de Valaquia les fascinan a ambos.

Desde que Carles Puigdemont huyera a Bélgica, la vida de la pareja ha sufrido una especia de parón. Marcela continúa viviendo el chalet familiar, situado en la idílica Urbanización Golf II de Sant Julià de Ramis, a las afueras de Girona, junto a sus hijas Magali y María.

Topor continuó con su trabajo en el canal catalán donde presenta un programa de entrevistas, un empleo polémico por depender de la Diputación de Barcelona por el que cobra alrededor de 6.000 euros al mes. Ahora, un nuevo gobierno en Cataluña deberá decidir si continúa sufragando su programa. Lo ven apenas 15.000 personas.