Viven en Alemania
Nagore Aramburu y Xabi Alonso, actual entrenador del Bayer Leverkusen. /
La discreción de Nagore Aramburu permanece inquebrantable. También ahora, en medio del enorme revuelo creado a raíz de la acusación de ilegalidad del precioso chalet que ella y su marido, Xabi Alonso , poseen en San Sebastián. Una fantástica vivienda de mil metros cuadrados que se alza en un precioso paraje del monte Igeldo y desde donde se disfruta de unas vistas privilegiadas a 181 metros sobre el nivel del mar.
El chalet, con grandes ventanales de cristal, piscina y todas las comodidades que se puedan imaginar, es motivo de disputa entre asociaciones vecinales y el Ayuntamiento de San Sebastián, quien en todo momento ha respaldado la legalidad de la construcción. Tan rocambolesco está siendo el tema que hasta el alcalde de la localidad guipuzcoana, Eneko Goia, ha tenido que manifestarse al respecto en rueda de prensa.
Pero ni Nagore Aramburu ni su marido Xabi Alonso han querido hacer ninguna declaración al respecto. La pareja vive en Alemania desde que el ex jugador del Liverpool y Real Madrid fuera fichado como entrenador del equipo de fútbol Bayer Leverkusen. Allí se trasladaron con sus tres hijos hijos adolescentes –Jon, Ane y Emma, la más pequeña nacida en 2013–, y siguen felices a pesar de los contratiempos.
Nacida el 5 de diciembre de 1979 en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, Nagore Aramburu es modelo y «creadora de contenido» según se define en su perfil de Instagram, donde cuenta con 110.000 seguidores. Amante de la moda, la buena gastronomía y pintora ocasional, siempre ha ido junto a su marido allá donde el deportista fuera «fichado»: Eibar, Liverpool, Madrid, Munich, San Sebastián, y ahora Düsseldorf.
Nagore y Xabi se conocen casi de toda la vida, y se casaron el 11 de julio de 2009 en una preciosa e íntima boda celebrada en la iglesia donostiarra de Zorroaga, donde se pudo disfrutar de la música del Orfeón Donostiarra y del grupo Arkaitz. Los dantzaris de esta agrupación bailaron un aurresku a la salida de los novios ya como marido y mujer.
La novia lució para la ocasión un precioso vestido de la diseñadora vasca Isabel Zapardiez , de línea sirena, con encaje y cola, y completaba su look nupcial con un velo tipo mantilla. Con los novios iba Jontxu, el primogénito de la pareja que entonces apenas era un bebé.
Más adelante llegaron sus dos hijas, Ane y Emma, y hoy forman una bonita familia que aprovecha cada ocasión para disfrutar de tiempo de calidad juntos. Pese a los problemas surgidos con el chalet de San Sebastián o con el cierre de Neroli by Nagore, la tienda multimarca para niños que la modelo y empresaria abrió en 2011 y tuvo que cerrar en 2019 por malos resultados.
Xavi Alonso y su familia siempre han marcado un perfil bajo de cara al foco público. Llevan una vida discreta y no suelen ser habituales en fiestas o alfombras rojas. Hoy, mientras se especula con la ilegalidad o no de su privilegiada vivienda, se toman con humor las bajísimas temperaturas registradas este invierno en Düsseldorf. Mañana será otro día.
La noticia del supuesto chalet ilegal saltó en noviembre de 2022, cuando el diario vasco Deia publicaba la petición de derribo del chalet que poseen en San Sebastián. Construido en el paraje conocido como Txalin, en el monte Igeldo, la información afirmaba que dos asociaciones locales solicitaban la suspensión de las obras, así como el derribo de lo ya construido del chalet. Los motivos de la oposición vecinal era claros: la casa se había levantado en un terreno no urbanizable, al menos según ellos.
El tema de la ilegalidad o no del chalet en cuestión ha ido evolucionando a través de los años. La pareja, que siempre ha demostrado tener buen olfato para los negocios inmobiliarios – posee varios inmuebles en Madrid y San Sebastián– adquirió este terreno de casi 11.000 metros cuadrados en 2018.
Una vez obtenidas las licencias pertinentes por parte del Ayuntamiento de San Sebastián, a finales de 2020 comenzaron las obras, aparentemente de manera legal. Sin embargo, las asociaciones reclamantes acabaron denunciando al Ayuntamiento de San Sebastián por permitir la construcción de la vivienda en una zona en la que, insistían, no se podía urbanizar.
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