La casa de sus sueños
La casa de sus sueños
Después de caer eliminado en el torneo de dobles de los Juegos Olímpicos junto a Carlos Alcaraz, el siempre combativo Rafa Nadal se despedía de París con estas palabras: « Voy a volver a casa, voy a desconectar y en frío decidiré cuál es mi siguiente etapa. Sea con una raqueta en la mano o sin ella os lo haré saber». Sin aclarar de momento su futuro, el ganador de veintidós Gand Slam regresa a su hogar junto a su mujer, Xisca Perelló, y su hijo, para descansar y reflexionar.
Un hogar que es su recién estrenado refugio lejos de la presión de las pistas y al que se mudaba junto a su pequeña familia el pasado verano después de varios años de reformas hasta completar el proyecto de sus sueños. Allí es donde podrá disfrutar de una jubilación de lujo cuando decida por fin colgar la raqueta.
El tenista adquirió su nueva vivienda en el año 2013 por cerca de cuatro millones de euros y muestra tanto el refinado gusto de Rafa Nadal como su arraigada conexión con su lugar de nacimiento. Ubicada en la costa de Porto Cristo, el núcleo costero de Manacor, las obras comenzaron tres años y medio después de su boda con Xisca en sa Fortalesa de Pollença.
La casa de Rafa Nadal cuando las obras estaban a punto de concluir. /
Diseñada por el arquitecto mallorquín Tomeu Esteva, la nueva casa de Rafa Nadal está situada sobre un acantilado rocoso con espectaculares vistas a toda la ensenada natural del puerto, desde la bocana al núcleo urbano y el campanario de su iglesia. Su ubicación es perfecta para Rafa, ya que está a pocos kilómetros de la Rafa Nadal Academy, donde entrena, y pegada al puerto deportivo. Allí está amarrado el flamante catamarán valorado en 5,5 millones de euros que adquirió en 2020.
Toda una década ha tardado el tenista en poder instalarse en su nueva casa junto a su familia, mientras seguía cosechando éxitos en su carrera profesional e incrementaba una fortuna personal que se calcula en unos 300 millones de euros. La gran vivienda cuenta con dos edificios conectados con dos plantas más un sótano. En ella destacan sobre todo sus amplios ventanales y las diferentes terrazas con vistas al mar.
El espacio, adaptado a las exigencias de los jóvenes padres, se completa con dos edificios más de una sola planta, el primero de ellos en un extremo del jardín y el otro en un lateral.
El gimnasio en casa del tenista en Porto Cristo. /
Siempre discreto, son escasos los detalles que nos ha enseñado el tenista del interior de su casa. Aunque por lo poco que ha mostrado en sus redes sociales se aprecia una decoración minimalista a la que es aficionado y un gimnasio de estilo rústico con paredes de ladrillo y tecnología de vanguardia.
Su flamante hogar se sitúa en una finca de 7.000 m2, en la que también hay sitio para amplias zonas verdes y una piscina de borde infinito. El dueño de la casa nos mostraba también en Instagram una imagen de sí mismo dándose un chapuzón allí en la primera foto que compartía de su nueva casa.
Nadal, dándose un chapuzón en el pisicina de su casa. (Instagram)
Además de finiquitar la construcción de su cuartel general en Porto Cristo, el tenista mallorquín no ha dudado estos años en seguir incrementando su patrimonio inmobiliario. De este modo, en 2012 se hacía con una flamante propiedad en el complejo residencial de Bahía Príncipe, el Playa Nueva Romana, situado al sureste de la República Dominicana. Se trata de una villa de dos plantas por la que desembolsó 2 millones de euros.
La vivienda dispone de 227 metros construidos y está situada frente a un campo de golf de nueve hoyos y tiene acceso a un puerto deportivo privado.
Xisca y Rafa, en el salón de su casa. /
Más recientemente, este pasado mes de marzo, Rafa Nadal adquiría un piso, un pisazo más bien, en el centro de Madrid por el que pagaba una cuantiosa cantidad de dinero «superior a los cuatro millones de euros», según apuntaba 'El confidencial'.
Esta propiedad en la capital se encuentra den un edificio de cinco plantas y consta de 281 m2 distribuidos en cinco baños, cuatro dormitorios y un balcón de cinco metros. Como curiosidad, allí tienen una vecina de lo más ilustre: la presidenta de Inditex, Marta Ortega.