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Desde hace unos meses, la actividad institucional de Máxima de Holanda se ha visto reducida de manera considerable. Esto ha llevado a la prensa del país a perguntarse: ¿Qué le pasa? ¿Por qué ha dejado de deslumbrar como lo hacía antes?
Lo cierto es que, desde que unos problemas renales en pleno viaje a China le hicieran cancelar la visita y regresar a Amsterdam, su actividad e ha visto reducida y los principales diarios de los Países Bajos han reparado en que su aspecto físico se ha visto deteriorado y que su forma de vestir también ha virado hacia un estilo más sobrio.
Para que se hagan una idea, este mes tan solo tenía dos fechas marcadas en el calendario. El compromiso que ya ha cumplido en Pakistán como embajadora de la ONU y otro pendiente para el día 22, cuando se vaya de vacaciones a esquiar a Suiza.
¿Hay algo por lo que preocuparse? De momento, la casa real holandesa calla.