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Nubes de tormenta se abaten sobre Kate Middleton y el príncipe Guillermo, envueltos en una de las primeras peleas reales que trascienden al gran público. Sus diferencias tienen más consecuencias que las de confirmarnos que son una pareja como cualquier otra. Gracias a esta monumental bronca que la Duquesa de Cambridge le montó a su esposo, sabemos que es ella la que lleva los pantalones en Anmer Hall. Al menos en lo que a respetar las normas no escritas de la realeza se refiere.
En principio, Kate no tuvo ningún problema con que Guillermo se tomara unas pequeñas vacaciones y viajara a la estación de esquí suiza de Verbier con un grupo de amigos, mientras ella se quedaba en casa cuidando de Jorge y Carlota, de 3 y 1 años de edad. Lo que no estaba en sus previsiones era que se filtrara un vídeo suyo bailando cuan grande es en la pista de baile de un club a las tantas de la madrugada, aunque tampoco fue precisamente eso lo que más la ha disgustado. Por lo visto, han sido unas fotos en las que se le ve bebiendo chupitos con una australiana de 24 años las que han encendido todas las alarmas de Middleton.
Se trata de la modelo Sophie Taylor, quien ya ha visto sus redes sociales saqueadas por la prensa amarilla británica, que ha publicado algún topless de su álbum vacacional. “Kate pensó que los días de salir de fiesta del príncipe Guillermo habían terminado”, ha comentado una fuente cercana a la pareja. “Imagino que ella encontrará todos estos testimonios periodísticos humillantes y que Guillermo se llevará una buena bronca”.