Los últimos atentados registrados en Inglaterra han obligado a extremar las medidas de seguridad para proteger a los invitados, don Felipe y doña Letizia, a los anfitriones, la familia real británica, y al público. Y ahora se trata de garantizar la seguridad sin restar brillo a las vistosas ceremonias que Reino Unido ofrece a sus huéspedes más ilustres.
Pero los ataques terroristas también han añadido un nuevo asunto delicado a la lista de cuestiones pendientes entre España y Reino Unido. Al contencioso histórico de Gibraltar y el más o menos novedoso del Brexit, que afecta directamente al Peñón y a los muchos ingleses que residen en España, se ha sumado el caso del joven Ignacio Echeverría, que murió asesinado de una puñalada en la espalda el pasado 3 de junio cuando trataba de defender a un policía británico durante un ataque terrorista en Londres.
En cuanto se conoció la admirable reacción del ‘héroe del patinete’, toda España se solidarizó con él y el Gobierno le rindió honores como a los caídos en acto de servicio. Envió un avión militar a Londres para repatriarle, trasladó el féretro cubierto por una bandera de España y le concedió el más alto reconocimiento que otorga en estos casos: la Gran Cruz del Mérito Civil.
Pero para poder imponerle la condecoración en cuanto sus restos mortales llegaran a Madrid, hacía falta que el Rey firmara la víspera el real decreto de la concesión. Como don Felipe estaba ese día de viaje oficial en Kazajstán, hubo que montar una operación especial: cuando el consejo de ministros dio luz verde a la condecoración, se envió el documento a Astaná, y cuando el Rey terminó sus compromisos, después de asistir a una cena, tuvo que trasladarse muy avanzada la noche a la Embajada de España, que es territorio español, para firmar allí el real decreto y enviarlo de nuevo a Madrid para que se publicara en el BOE del día siguiente.
Toda España se ha sentido orgullosa de Ignacio Echeverría. Sin embargo, el gobierno del Reino Unido todavía no ha reconocido al joven español que murió por defender a uno de sus policías. Esta inexplicable falta de generosidad ha provocado que la Fundación Hispano Británica empiece a recoger firmas para pedir al gobierno de Londres que condecore al joven por su acto heroico. Una petición que el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, debería transmitir a su colega inglés, con el fin de que esa sensación de ingratitud no empañe las buenas relaciones entre los dos pueblos. Y un momento propicio para recibir ese reconocimiento, y curar esa herida, sería durante la visita del Rey de España a Londres.
Este será el primer viaje de Estado que los Reyes de España realicen al Reino Unido en 31 años, tras el que hicieron don Juan Carlos y doña Sofía en 1986. También es la quinta visita del máximo nivel que efectuarán don Felipe y doña Letizia, después de los desplazamientos a Francia, México, Portugal y Japón. Originalmente, estaba prevista para marzo del año pasado, y fue España quien solicitó su aplazamiento como consecuencia del bloqueo político que vivía España. Posteriormente, se fijó para los días 6, 7 y 8 de junio, y en esta ocasión fue la primera ministra británica, Theresa May, la que decidió adelantar las elecciones y atrasar un mes la visita de los Reyes.
A pesar de los atentados, Londres mantiene de momento el programa habitual de las visitas de Estado, y la de los Reyes de España empezará el día 12 de julio poco antes del mediodía en la gran explanada del Horse Guards Parade, donde la reina Isabel II de Inglaterra les recibirá con honores. Desde allí, la soberana británica acompañará a sus invitados hasta el palacio de Buckingham en las históricas carrozas de la corona inglesa, que irán escoltadas por la guardia real a caballo y acompañadas por la banda de música. Pero el mayor honor que Reino Unido podría rendir a España en estos momentos es un reconocimiento para su héroe ciudadano, el joven Ignacio Echeverría.
20 de enero-18 de febrero
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