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Letizia, una Reina diferente

Doña Letizia cumplía hace unos días 45 años en uno de sus mejores momentos personales y con algunos retos pendientes.

Doña Letizia en su visita oficial a Reino Unido el pasado mes de julio. / gtres.

Almudena Martínez-Fornés
Almudena Martínez-Fornés

Acaba de cumplir 45 años, pero en esta ocasión la celebración ha sido exclusivamente privada, a diferencia de lo que ocurrió cuando cumplió 40 y el palacio de La Zarzuela difundió un amplio reportaje fotográfico. El hecho de que el aniversario de la Reina coincidiera con un momento político de especial tensión, desaconsejaba cualquier iniciativa de carácter festivo. Además, dentro de cuatro meses se celebrarán dos fechas especialmente redondas: los 80 años de don Juan Carlos y los 50 de don Felipe. Ambas efemérides irán acompañadas de grandes despliegues mediáticos.

Estas circunstancias han provocado que la Reina celebrara su cumpleaños en la más absoluta discreción, a pesar de que la fecha coincidiera con uno de sus mejores momentos personales. 14 años después de su llegada a La Zarzuela, se la ve más relajada y empática que nunca, dispuesta a remar en la misma dirección que el Rey para que la Corona siga recuperando los niveles de popularidad de los mejores tiempos.

Sin embargo, con sus aciertos y sus retos pendientes, doña Letizia sigue siendo una Monarca diferente, no solo de sus predecesoras españolas –todas habían nacido en Familias Reales–, sino también del resto de consortes europeas.

Personalidad

Inconformista por naturaleza y con ideas propias que defiende con insistencia, doña Letizia cuestiona gran parte de cuanto sucede a su alrededor. Aunque esta forma de ser le haya dificultado su encaje en la Corona, lo que está claro es que su llegada a La Zarzuela supuso un soplo de aire fresco en una institución milenaria inmersa en un proceso constante de adaptación a los nuevos tiempos.

En los primeros años, ayudó a conocer el lado más humano de don Felipe y, en la última época, se le atribuye el acercamiento de la Corona a algunos sectores nuevos de la sociedad, que no eran habituales en los actos institucionales. Uno de sus principales retos es mantener una actitud constante en público y evitar que se le note cuando ha tenido alguna contrariedad.

El carácter firmde la Reina supuso un soplo de aire fresco para la Monarquía española. / gtres.

Vestuario

No existe ninguna mujer en España, y hay muy pocas en el mundo, sometidas a mayor presión mediática que ella. Se analiza con lupa su ropa, su peinado y sus accesorios, y doña Letizia ha optado por arriesgar en determinadas ocasiones, lo que alimenta aun más el excesivo protagonismo que se le da a su vestuario. Lo mismo ha ocurrido con su aspecto físico, que ha experimentado una enorme transformación desde que se prometió con el Rey Felipe.

De hecho, casi siempre se habla más de su apariencia que de su mensaje. A veces, incluso, esta acaba eclipsando el mensaje del Rey. La última vez fue en mayo, en un acto de Europa Press al que acudió con una coleta de burbujas que se acabó imponiendo a las palabras de su marido sobre los valores de la Transición. 

El 'look' de la Reina se analiza al detalle en cada una de sus apariciones. / gtres / cordon press.

Madre

Doña Letizia se siente orgullosa de sus hijas, a las que considera "dos bendiciones del Cielo". Su prioridad es atenderlas personalmente, aunque dispone de toda la ayuda que pueda necesitar. Uno de sus grandes éxitos es la educación que está dando a la Princesa de Asturias, de 11 años, y a la Infanta Sofía, de diez, a las que tiene perfectamente aleccionadas para comparecer en público y llamar la atención por su corrección.

Sin embargo, en su afán de que todo salga perfecto, a veces transmite la sensación de un excesivo control sobre las niñas. La principal asignatura pendiente es permitir que la Princesa y la Infanta empiecen a tener una mayor presencia pública. Las comparecencias en público de las hijas de los Reyes se limitan a seis al año. Ni siquiera hay una sesión fotográfica en su primer día de colegio (tal y como comprobamos hace tan solo unos días), a diferencia de lo que hacen las demás familias reales europeas.

El hecho de que los Reyes no faciliten estas imágenes con naturalidad provoca que solo unos pocos fotógrafos consigan 'robar' buenas imágenes y a que únicamente las puedan publicar los medios de comunicación con presupuesto suficiente para comprarlas.

Doña Letizia ha dejado muestras de cariño a sus hijas en público en numerosas ocasiones. / gtres.

Discursos

Como profesional del periodismo, la Reina domina el arte de comunicar en público. Cada vez que toma la palabra en un acto, hay personas que elogian su brillantez y otras que hubieran preferido un tono más institucional. Lo mismo ocurre con el contenido de sus discursos. Doña Letizia no aburre: habla claro y transmite mensajes.

Ella se convierte con frecuencia en el altavoz de la institución que la haya invitado. Si tiene que pronunciar un discurso en la Organización Mundial de la Salud, recomienda no fumar, hacer ejercicio, no tomar el sol y llevar una alimentación sana. También improvisa y, muchas veces, sorprende con sus reflexiones.

En una entrega de medallas de oro, contrapuso por sorpresa " las bellas artes con las feas artes". En otra ocasión, se dirigió en público a la Reina Emérita, doña Sofía, como "mi suegra", con naturalidad. Y, para referirse a su ingreso en la Familia Real, afirmó: "Cuando yo acababa de aterrizar en esta situación vital diferente".

Doña Letizia se convierte en altavoz de la causa que defienda la organización que la llame. / gtres.

Conciliación familiar

Uno de los asuntos que más preocupa a la Reina es conciliar la vida familiar con la laboral. De hecho, tras el relevo en la Corona, don Felipe y doña Letizia intentaron propiciar unos horarios más racionales en los actos oficiales que, por inercia, a veces se programaban excesivamente tarde sin razón alguna. Al margen quedan, por supuesto, las cenas oficiales, que lógicamente se celebran y seguirán celebrándose de noche, aunque ahora empiezan media hora o una hora antes que en el reinado de don Juan Carlos.

No obstante, tanto don Felipe como doña Letizia saben que son Reyes las 24 horas del día de los 365 días del año y que, en muchas ocasiones, las circunstancias obligan a anular planes personales, a trabajar los fines de semana o a suspender las vacaciones. Recientemente ocurrió, tras los atentados de Barcelona y Cambrils (imagen a la izquierda).

Los Reyes en el homenaje a las víctimas por el atentado terrorista de Barcelona. / getty images.

Labor solidaria

La Constitución no atribuye ninguna función a la Reina consorte, pero tradicionalmente las esposas de los Reyes españoles se han volcado en una labor que antes se llamaba benéfica y ahora se llama solidaria. Lógicamente, a medida que se ha extendido el estado de bienestar, la labor solidaria ha ido evolucionando y ahora se centra en apoyar las causas justas de asociaciones, ONG, fundaciones o particulares.

Doña Letizia siempre ha reconocido que doña Sofía le había dejado el listón muy alto en el área de la solidaridad. En los tres años y cuatro meses de reinado, doña Sofía ha pasado a doña Letizia la presidencia de honor de Unicef España, Cruz Roja Española, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y el Real Patronato de la Discapacidad. También le ha traspasado su 'tesoro más preciado', los viajes de Cooperación Española, que eran lo que más feliz le hacía. Doña Letizia solo ha realizado uno hasta ahora, a El Salvador y Honduras.

Para este año se prepara otro a Senegal, aun sin fecha. Como la mayor parte de sus contactos con ONG o con personas desfavorecidas se producen a puerta cerrada, salvo los saludos, no ha habido oportunidad para que la opinión pública conozca su faceta solidaria, una mujer que ha conocido el sufrimiento y que sabe qué es lo que los españoles esperan de ella. 

La Reina en uno de sus viajes de corte solidario. / gtres.

Actividad institucional

Desde el relevo en la Corona, en junio de 2014, la Reina ha asistido a 353 actos, ha concedido 84 audiencias, ha realizado 20 viajes y ha pronunciado 57 discursos oficiales. Cuando vino al mundo su primogénita, La Zarzuela anunció que la prioridad de doña Letizia sería el cuidado de sus hijas y después, su labor institucional, primero acompañando a don Felipe y, posteriormente, su agenda en solitario. A medida que las niñas han ido creciendo –ahora pasan la mayor parte del día en el colegio–, la Reina ha ido disponiendo también de más tiempo para desarrollar su propia agenda institucional, que todavía puede tener más recorrido.

A medida que sus hijas han ido creciendo, Letizia ha aumentado su actividad institucional. / getty images.

Imagen exterior

Los Reyes han realizado hasta ahora cinco viajes de Estado, a Francia, México, Portugal, Japón y Reino Unido, y en todos ellos se ha valorado positivamente la imagen de doña Letizia. La prensa internacional elogia sus estilismos y su forma de desenvolverse.

El viaje más difícil era el del Reino Unido, al tratarse de un país con larga tradición monárquica y con un abanico de consortes del más variado perfil, desde Diana de Gales a Catalina de Cambridge. Aun en esas circunstancias, doña Letizia se ganó el afecto de Isabel II de Inglaterra, que la despidió con un beso en público y también logró el apoyo de la prensa británica.

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