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Pistoletazo de salida para la ' meghanmanía'.¿O suena mejor ' marklemanía'? Sea como fuere, ya podemos hacernos una idea acerca del recibimiento 'fashionista' a la recién llegada a la Familia Real británica: lo va a vender todo. Probablemente su capacidad como ' royal influencer' supere a la de la mismísima princesa Diana de Gales, adorada por la gente, pero en un momento en el que las redes sociales eran solo un sueño. Incluso a la de Kate Middleton, obligatoriamente más encorsetada en cuanto a sus 'looks' por su posición en la línea de sucesión al trono.
Ayer vimos cómo la prometida del príncipe Enrique llegaba a Sandringham House para compartir por primera vez un almuerzo de Navidad con la reina Isabel II. Hecho inédito, porque jamás el protocolo real había contemplado que la Reina pudiera compartir las celebraciones de estas señaladas fechas con personas que aún no pertenecen oficialmente y por matrimonio a la Familia Real. Meghan se puso un vestido de Self Portrait que desapareció de las tiendas online en cuestión de minutos. 'Sold out'.
La elección de Markle prueba su inteligencia a la hora de encajar en lo que se espera de una próxima 'royal' sin defraudar al 'fashionismo' global. Por un lado, se trata de un diseño totalmente 'ladylike', que casi peca de excesivamente modesto, si no fuera por el encaje de guipur que se entreteje en la parte superior. Por otro, acierta al elegir una marca que sabe cómo jugar la feminidad tradicional sin caer en lo ñoño. Por algo se ha convertido en el arma secreta de mujeres sujetas a un estricto protocolo como Michelle Obama o la misma Kate Middleton.