La princesa Eugenia se ve obligada a posponer su boda

El protocolo es implacable. Y está creando una situación rarísima muy parecida a una carrera competitiva entre la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, prevista para mediados de mayo, y la de la princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, que en principio se iba a celebrar en septiembre. Es raro, muy raro, que la hija del Duque de York y Sara Feguson haya decidido casarse exactamente en el mismo lugar que su primo, la capilla de San Jorge, en Windsor. Sin embargo, difícilmente se hubieran podido evitar las comparaciones dado lo cercano en el tiempo de ambas citas. Ya han empezado con los anillos de compromiso recibidos por ambas novias y con sus posibles listas de invitados.

La decisión de posponer la segunda boda es inapelable. La pareja formada por Eugenia y Jack tendrá que mover un mes en el calendario su enlace, dadas las altísimas posibilidades de que Harry y Meghan estén embarcados en un tour internacional, en misión diplomática. Se trata de una de esas colisiones protocolarias que tan bien hemos visto reflejadas en “ The Crown”, la serie sobre la intensa biografía de Isabel II. Recordemos: la princesa Margarita no pudo casarse en la fecha que quería con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones porque su hermana la Reina se había quedado embarazada de su tercer hijo y tal acontecimiento paralizaba toda la agenda oficial de la familia.

La ola de interés por Eugenia y los York ha afectado, además de a la familia de su novio, a su hermana mayor Beatrice, el único miembro de la familia Windsor en edad de casarse que sigue soltera. Tal circunstancia ha generado una simpática corriente de simpatía hacia ella en Twitter, donde decenas de tuiteros la han animado en su solitaria circunstancia.

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