La gran historia de amor de Isabel II con sus 'corgies'
La Reina Isabel II se despide de su amada familia de perros 'corgie'. Así ha sido su historia.
15 Fotos
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Esta semana ha fallecido Willow, el último descendiente de primer 'corgie' de Isabel II, Susan. La Reina recibió a Susan como regalo en su decimoctavo cumpleaños, con lo que se podría decir que la monarca más poderosa del mundo ha vivido, paralelamente a las mieles y hieles de su familia “humana”, la alegría y ternura de su familia canina, toda una saga de unos 30 perros que, tristemente, se ha despedido ya.
Según el periódico “The Telegraph”, la Reina está tremendamente triste por su pérdida. Sus perros salían hasta en su retrato oficial.
La relación de la Reina con sus perros ha sido desde siempre extremadamente importante. De hecho, queda reflejado en “The Crown”, la serie que lleva a la televisión su biografía: Isabel II se refugia en su familia de 'corgies' cuando está preocupada y se encarga siempre que puede de alimentarles y pasearles. Además, en su retiro en Norfolk, Sandringham, le esperan sus Labradores y Spaniels, a los que ha adiestrado personalmente. Esta relación tan especial con sus perros no es nada nueva en la Familia Real británica: en el website “A History of Royal Dogs” aparecen todos los canes de la familia desde Dahs, el Cavalier King Charles Spaniel de la reina Victoria.
De niña, la Reina se enamoró del perro de su padre, Dookie, un corgi Pembrokeshire, y comenzó a pedir uno para ella sola. Tanto le gustaba su compañía, que insistía en darle la comida cada día.
En 1944, cuando cumplió 18 años, Elizabeth II recibió un 'corgi' como regalo de cumpleaños: Susan. Se convirtió en su inseparable pareja, tanto que que acompañó a la Reina y al príncipe Felipe en 1947.
Muchos de los 'corgies' que ha tenido la Reina son descendientes de Susan, su primera perrita. Su relación era tan próxima, que no perdía de vista a Isabel II ni cuando montaba a caballo, otra de sus pasiones.
Una de las primeras sesiones de fotos de Carlos, el heredero al trono. Y vigilando toda la escena, una de las mascotas de la feliz madre y monarca.
En la mantita de este picnic en Escocia, no solo hay sitio para Felipe, Carlos, Ana y el pequeño Andrés, sino también para los tres 'corgis' de la Reina. Corría 1960.
Esta foto, tomada en Windsor en 1973, muestra a la Reina en un momento de intimidad con sus perros que rara vez sale a la luz. Que ternura ver a una de las mujeres más poderosas del mundo en el suelo, recibiendo un lametón de su mascota.
En muchos viajes oficiales, especialmente en los más largos, la Reina ha embarcado en su avión privado a sus 'corgis'. En otras ocasiones, el personal ha llevado a los perros a la pista de aterrizaje para recibir a su dueña.
De nuevo en Balmoral (Escocia), vemos a toda la familia reunida (ya con nietos) y, sobre todo, con perros.
Otro momento que demuestra la intimidad de Isabel II con sus mascotas: aquí vemos cómo en medio de una sesión de fotos, una de ellas recuesta la cabeza en su regazo.
En 2012, la Reina y sus 'corgis' Monty, Willow y Holly aparecieron brevemente en un 'sketch' de la saga James Bond, en la que 007 (James Bond) debía acompañar a Isabell II de Buckingha Palace a a ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.
Además de los beneficios que las mascotas ejercen sobre la salud mental de sus dueños, la Reina se ha beneficiado muchísimo del ejercicio que conlleva hacerse cargo personalmente de sus perros, a los que suele sacar a pasear.
Lo cierto es que los 'corgies' reales no son precisamente amistosos: han mordido al personal de palacio, al cartero, la chófer y hasta a la mismísima reina, en una ocasión en que trató de separar a dos que se estaban peleando. Le tuvieron que dar tres puntos en la mano izquierda.
En 2015, la Reina decidió dejar de criar sus Pembroke Welsh Corgis, sobre todo por miedo a tropezar con ellos, caerse y hacerse daño. Además, también trascendió su deseo de que ninguno de sus 'corgis' quedara vivo tras su muerte.