Doña Sofía en una imagen reciente. /
El último de los tres hombres que durante años formaron el equipo de colaboradores más próximo a doña Sofía también abandona La Zarzuela. Se trata del doctor Miguel Fernández Tapia-Ruano (Coín, Málaga, 1957), responsable desde 2012 del servicio médico de la Casa del Rey aunque llevaba casi 30 años trabajando en la Jefatura del Estado. El doctor Tapia –así le llaman en la Casa– acaba de ser ascendido a general de brigada del Cuerpo Militar de Sanidad y pronto se incorporará a su nuevo puesto de trabajo en el Estado Mayor de la Defensa, donde coordinará los equipos médicos de las misiones que España en el exterior.
Tapia era uno de ‘los hombres de la Reina’ cuando doña Sofía era la única Reina. Durante muchos años estuvieron acompañando a doña Sofía en casi todos sus desplazamientos, públicos y privados, y formaban un equipo perfecto. Todos ellos eran amables, grandes conversadores, eficaces y discretos. Los otros dos eran el general José Cabrera (Gran Canarias, 1943), jefe de la Secretaría de la Reina, y el entonces coronel Francisco López Requena (Granada, 1958), jefe de su seguridad. Cabrera era "la sombra" de doña Sofía y una de las personas que mejor la conocían. Tras pasar media vida con ella, se jubiló el 1 de octubre de 2013 y le relevó el general del Ejército de Tierra Arturo Coello, que se ha convertido en la mano derecha de doña Sofía.
Al poco tiempo de jubilarse Cabrera, el Rey Juan Carlos se llevó a los otros dos hombres de la Reina para su propio equipo, después de que quedaran vacantes las Jefaturas de Seguridad y del Servicio Médico de Zarzuela. Tras el relevo en la Corona, don Felipe mantuvo a los dos en sus respectivos puestos, y el doctor Tapia siguió siendo, además, el médico de doña Sofía después de su ascenso. En 2015 Requena fue ascendido a general de brigada de la Guardia Civil y continuó su carrera fuera de la Casa del Rey, y ahora es Tapia quien sigue sus pasos.
Para doña Sofía, la salida del médico es una noticia triste, ya que siente un gran aprecio por este facultativo que, además de estudiar Medicina, se licenció en Derecho y Teología. Ambos han compartido muchos momentos alegres y tristes, así como experiencias extremas, como las que vivieron en los viajes de Cooperación de Doña Sofía, en los que Tapia solía acompañarla.
Siempre discreto, Fernández Tapia-Ruano empezó a aparecer en los medios cuando compareció junto al doctor Miguel Cabanela en la única rueda de prensa que se ha organizado en la historia de La Zarzuela, con motivo de la doble operación de cadera que hubo que practicarle a don Juan Carlos al infectársele la prótesis que le había implantado en la cadera el doctor Ángel Villamor.
Pero Tapia alcanzó la fama un par de meses después cuando Cabanela relató la broma que don Juan Carlos había preparado a su médico. Justo la víspera de la segunda operación, el facultativo entró en la habitación de La Zarzuela en la que se encontraba el Rey y lo encontró con la frente llena de Betadine, tiritas y el brazo en cabestrillo. "Me he caído", le dijo don Juan Carlos muy serio. Tapia se llevó un susto enorme, aunque tardó poco en descubrir la verdad, pero lo que no se imaginaba en aquel momento es que la anécdota acabaría saliendo publicada en los medios de comunicación y su móvil no pararía de sonar: "Sí, sí, yo fui la única víctima de la broma", repetía una y otra vez, entre risas.
Otra anécdota divertida la vivió el doctor Tapia en su lugar de vacaciones, donde tenía problemas de cobertura telefónica y para hablar por el móvil tenía que salir a la calle y subirse en una escalera. Él mismo notaba la extrañeza que producía en algunos de sus vecinos cuando le veían en semejante postura y le oían decir: "Sí, Majestad… De acuerdo, Majestad". Como nunca decía dónde trabajaba, debían pensar que aquel hombre no estaba en sus cabales.
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