Empieza la cuenta atrás para la Princesa Leonor

Octubre siempre es un mes especialmente intenso para la Familia Real, ya que coinciden dos actos muy importantes, como son la Fiesta Nacional y la entrega de los premios Princesa de Asturias, y ahora se ha añadido una nueva fecha para recordar, el 3 de octubre. Ese fue el día que el Rey se dirigió por televisión a los españoles tras el golpe separatista catalán de 2017 y ya se ha convertido en el 23-F de don Felipe.

Tras la Fiesta Nacional, que se celebra este viernes, el próximo fin de semana tendrá lugar la entrega de los premios Princesa de Asturias, una ceremonia a la que todavía no acudirá la Princesa Leonor pero que podría ser la última, o una de las últimas, tal como ahora la conocemos, es decir con el Rey como protagonista. Lo cierto es que aún no está tomada la decisión sobre cuándo se incorporará la Princesa a la entrega de los galardones que llevan su nombre, pero la hija mayor de los Reyes cumplirá justo unos días después, el 31 de octubre, 13 años, y esa es la edad que tenía su padre cuando acudió por primera vez al Teatro Campoamor de Oviedo.

Los Reyes nunca han puesto fecha a la incorporación de su hija a los premios Princesa de Asturias, sino que han dicho que eso se produciría cuando la niña alcanzara una edad razonable. Don Felipe sabe perfectamente lo que supuso para él pronunciar su primer discurso en público ante un escenario tan imponente y durante una ceremonia que, además, se retransmite en directo por televisión, por lo que tendrá muy en cuenta su propia experiencia para el estreno de su hija. Doña Letizia, por su parte, será de gran ayuda para la preparación de la Princesa, ya que domina las técnicas de comunicación.

Lo que está claro es que cuando Leonor acuda a entregar los premios a Oviedo y sea ella la que cierre la ceremonia con unas sencillas palabras, propias de una Heredera de su edad, el Rey perderá una de sus principales tribunas. Y es que, a medida que don Felipe fue creciendo, fue subiendo también la importancia de sus discursos en el Teatro Campoamor.

Desde ese escenario, el Rey ha compartido sus reflexiones sobre asuntos tan importantes como el problema separatista catalán –«que nadie construya muros con los sentimientos»–, el desánimo tras la crisis económica -«España es una gran nación por la que merece la pena luchar»– o la lucha contra la corrupción — «la sociedad necesita referencias morales a las que admirar y respetar»—. 

El día que la Princesa entregue los premios será especialmente emocionante para su abuela doña Sofía, que ha visto, año tras año, cómo su hijo y la fundación crecían de forma paralela, y pronto verá a su nieta tomar el testigo de don Felipe. A punto de cumplir 80 años, doña Sofía sigue dando sorpresas, como hizo hace unos días en Menorca cuando la vimos recogiendo basura y plásticos del mar junto a otros voluntarios.

De momento, la novedad de este año será el nuevo presidente de la Fundación, el prestigioso oftalmólogo Luis Fernández-Vega, que ha relevado en el cargo a Matías Rodríguez Inciarte. Su nombramiento ha coincidido con un nuevo reto de la fundación: que haya más mujeres galardonadas con el premio Princesa de Asturias. Sin embargo, como aquí lo que se premia es el talento y la excelencia sin tener en cuenta el sexo de los galardonados, esto solo se conseguirá cuando se presenten más candidaturas de mujeres.

Este año se han presentado 54 de hombres, 28 de mujeres y 17 de instituciones para optar a las ocho categorías de galardones, y entre los premiados hay tres mujeres y cinco hombres. Estos son: el director y guionista de cine estadounidense Martin Scorsese (Arte), la periodista mexicana Alma Guillermoprieto (Comunicación), la ONG Amref Health África (Cooperación Internacional), los alpinistas Reinhold Messner, de Italia, y Krzysztof Wielicki, de Polonia (Deportes), la escritora francesa Fred Vargas (Letras), el filósofo estadounidense Michael Sandel (Ciencias Sociales), el biólogo sueco Svante Pääbo (Investigación) y la oceanógrafa estadounidense Sylvia Earle (Concordia). Todos ellos podrían ser los últimos que reciban el galardón de manos del Rey.

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