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El próximo 31 de octubre la Princesa de Asturias cumplirá 13 años y lo hará inmersa en pleno proceso de incorporación a la vida institucional. Don Felipe y doña Letizia quisieron que sus hijas, Leonor y Sofía, crecieran alejadas de los medios y disfrutaran de una infancia privada e íntima, lo más parecida posible a la de los demás niños de su edad, pero sin saltarse ninguna de las tradiciones de la monarquía.
Nacida Infanta de España, Leonor se convirtió en Princesa de Asturias a los ocho años, cuando su padre fue proclamado Rey, pero desde el primer momento se cuidaron todos los símbolos y ceremoniales reservados a los herederos, aunque en aquel momento no se sabía si con el tiempo tendría un hermano varón que la desplazaría en la Sucesión a la Corona.
Lo cierto es que la llegada al mundo de Leonor, a la 1.46 horas de la madrugada del 31 de octubre, ocasionó una gran sorpresa porque algunos periodistas habían hecho creer que se trataba de un varón. Incluso, llegaron a difundir falsedades como que sus padres se habían sometido a una técnica para elegir el sexo de su hijo y asegurarse de que fuera un niño.
Su bautizó fue el primer acto en el que se visualizó la solemnidad reservada a los herederos. Aunque todos los nietos de don Juan Carlos y doña Sofía recibieron las aguas bautismales en el Palacio de La Zarzuela, tres hechos diferenciaron el bautizo de Leonor de los de sus seis primos: el primero, que los padrinos fueron los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía; el segundo, que se utilizó la pila de Santo Domingo de Guzmán, reservada exclusivamente para príncipes e infantes de España, y el tercero, que la ceremonia se celebró en presencia de los representantes de las altas instituciones del Estado.
Aquel día, doña Sofía quiso aclarar unas declaraciones que ella misma había hecho dos meses antes sobre su nieta, cuando la recién nacida aún no había abandonado la clínica Ruber Internacional, en la que había venido al mundo. "Es muy llorona", dijo entonces a los periodistas. El día del bautizo aprovechó la presencia de los medios de comunicación en Zarzuela para rectificar, y lo hizo a la manera de una Reina: "Mis palabras quedan derogadas".
Cuando tenía siete meses, don Felipe y doña Letizia cumplieron con otra histórica tradición de la Familia Real y llevaron a su hija a presentarla ante la Virgen de Atocha, como hicieron después con la Infanta Sofía, que nació cuando Leonor tenía año y medio.
Antes de cumplir los dos años empezó a acudir a la guardería de la Guardia Real y antes de cumplir los tres, sus padres la matricularon en el Colegio Santa María de los Rosales, donde este año estudia segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria. A los seis años, acompañó por primera vez a sus padres a un acto oficial: la recepción a la Selección Española de Fútbol, que se había proclamado campeona del mundo en Sudáfrica.
Su vida, que hasta entonces había transcurrido en la privacidad, empezó a cambiar el 18 de junio de 2014, cuando asistió todavía como Infanta a la abdicación de su abuelo, don Juan Carlos, y al día siguiente, ya convertida en Princesa, acudió a la proclamación de su padre. Aún era tan pequeña –ocho años– que hubo que ponerle un cajón en el balcón del Palacio Real para que se subiera y pudiera asomarse a saludar junto al resto de la Familia Real.
A partir de ese momento, empezó a tener citas obligadas en su agenda de niña, como son los desfiles militares de la Fiesta Nacional o las aperturas solemnes de las legislaturas en el Congreso de los Diputados. Y también otro tipo de reconocimientos: a los ocho años empezaron a circular los primeros sellos de Correos con su rostro y, cuando cumplió diez años, el Rey le concedió el uso de Armas –guión y estandarte– como Princesa.
Pero fue a partir de los 12 años, cuando los Reyes aceleraron la proyección pública de Leonor. A su primera foto oficial, distribuida precisamente con motivo de su último cumpleaños, pronto le siguió la imposición del Collar del Toisón de Oro en el Palacio Real de Madrid. Después, Leonor visitó por primera vez la ermita de Covadonga, vinculada desde hace siglos a los herederos de la corona, y en el desfile militar de la Fiesta Nacional, abandonó el lugar que venía ocupando hasta ahora, a la izquierda de la Reina junto a su hermana, para trasladarse a la derecha del Rey, donde le corresponde como Princesa de Asturias.
Además, el lunes de la semana pasada se distribuyeron monedas con su efigie, aunque en este caso el parecido deja mucho que desear. También ha sido a los 12 años cuando sus padres la han enviado por primera vez a un campamento de verano fuera de España, en Estados Unidos.
Uno de los momentos más esperados será su primer discurso en público. Se conoce el sitio –el teatro Campoamor de Oviedo–, pero no la fecha. Don Felipe lo pronunció en 1981, cuando tenía 13 años y, tiempo después, reconoció que "estaba un poco nervioso. Fue para mí una prueba de fuego, mi primera actuación hablando frente a un nutrido grupo de españoles, pero creo recordar que, cuando llegó el momento, mis nervios no me traicionaron".
Leonor cumplirá ahora 13 años, y ya la hemos visto desenvolverse como Princesa y como niña. Cada vez más parecida a su padre, la heredera de la corona española es serena, conciliadora, observadora, prudente y obediente, pero también una niña espontánea que protesta cuando se quema con la sopa, que repasa en alto la tabla de los elementos durante el trayecto al colegio, que bromea con un "pareces una chica" al ver al Rey maquillado para grabar el Mensaje de Navidad y que acude cariñosa a dar un "masajito" en la espalda a su padre. Y es que Leonor ya ha empezado a escribir su biografía de Princesa.
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