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Meghan Markle continúa con su agenda oficial en su semana 30 de embarazo (si los cálculos oficiales no fallan, su bebé nacerá en abril) y en una visita benéfica al Museo de Historia Natural de Londres, donde ha disfrutado junto al Príncipe Harry de la representación de la obra 'The Wider Earth' en apoyo a las organizaciones 'Queen's Commonwealth Trust', que defiende y financia proyectos de jóvenes emprendedores, ha dado una nueva lección de estilo premamá con un conjunto minimalista en blanco.
La Duquesa de Sussex, que ya presume de una prominente barriguita y no puede disimular cierta hinchazón en la cara (la propia de su estado), ha estrenado un sencillo vestido blanco de cuello cisne firmado por Calvin Klein, y lo ha combinado (marcándose 'un Letizia') con un abrigo reciclado de Amanda Wakeley.
Como complementos, Meghan Markle ha apostado por una inspiradora combinación de colores al elegir los salones y el clutch en un tono oliva que casaba a la perfección con su 'total white'.
De esta manera, Meghan Markle nos vuelve a demostrar que no importa cómo de avanzado esté su embarazo, que ella sigue fiel a su estilo sofisticado, apostando por las siluetas ajustadas, los looks premamá hiperfemeninos y los taconazos. ¡Bravo!
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