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Así fue el mensaje de Navidad del Rey Felipe VI

El Rey Felipe VI se dirigió a los españoles, como cada Navidad, para hacer balance de un 2019 a punto de cerrarse.

El Rey Felipe VI durante su mensaje de Navidad, dirigiéndose a todos los españoles. / gtres.

agencias

Felipe VI pidió ayer, en su tradicional discurso navideño, a los españoles que mantengan la confianza en ellos mismos y en el país ante las incertidumbres y dificultades globales y específicas de España, como la "seria" preocupación por Cataluña, y ha instado a afrontar el futuro unidos y sin "caer en los extremos".

El rey, en su sexto mensaje de Navidad, se dirigía a los españoles desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, y en un momento político en el que se está a la espera del debate de investidura de Pedro Sánchez, ha aludido a esa circunstancia.

Lo hacía para subrayar que, tras las elecciones del 10 de noviembre, los acontecimientos siguen el curso marcado por la Constitución. De acuerdo con ello ha precisado que le corresponde al Congreso otorgar o denegar la confianza al candidato propuesto y, por tanto, "tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general de todos los españoles".

Al recordar los tiempos difíciles que se viven en todo el mundo es cuando consideraba que los españoles deben tener "más que nunca una confianza firme" en ellos mismos y en España. Un país que siempre ha sabido abrirse camino cuando ha afrontado el futuro con responsabilidad, generosidad, rigor, determinación, reflexión y serenidad. Todo ello considera que ha propiciado una sociedad dinámica y un estado sólido.

"Ante esa realidad no debemos caer en los extremos ni en una autocomplacencia que silencie nuestras carencias o errores ni en una autocrítica destructiva que niegue el gran patrimonio cívico, social y político que hemos acumulado", ha añadido.

"Confiemos en nosotros mismos, en nuestra sociedad. Confiemos en España y mantengámonos unidos en los valores democráticos que compartimos para resolver nuestros problemas sin divisiones ni enfrentamientos que sólo erosionan nuestra convivencia y empobrecen nuestro futuro", recalcaba el Rey.

Y proseguía: " Tenemos un gran potencial como país. Pensemos en grande. Avancemos con ambición. Todos juntos. Sabemos hacerlo y conocemos el camino". El rey, que resaltaba que en sus cuatro décadas de democracia, España se ha convertido en un estado social y democrático de Derecho que asegura la convivencia, se refería a inquietudes que persisten en España como la desconfianza de muchos ciudadanos en sus instituciones y, "desde luego" la "seria" preocupación ante la situación en Cataluña.

A continuación, resaltaba todo lo que ha logrado España gracias a la Constitución y los valores que encarna ese texto que han permitido la convivencia. De entre ellos, destacaba el deseo de concordia "que gracias a la responsabilidad, los afectos, la generosidad, el diálogo y el respeto entre personas de ideologías muy diferentes derribó muros de intolerancia, de rencor y de incomprensión que habían marcado muchos episodios de nuestra historia".

También apelaba a la voluntad de entendimiento y de integrar las diferencias dentro del respeto a la Constitución, que precisaba que reconoce la diversidad territorial y preserva "la unidad que nos da fuerza".

Asimismo, destacaba el valor que supone el impulso de la solidaridad, la igualdad y la libertad como principios vertebradores de la sociedad haciendo de la tolerancia y el respeto manifestaciones del mejor espíritu cívico de la vida en común.

Tras recordar que este año se ha cumplido el quinto aniversario de su proclamación, reiteró su apelación a la confianza en España por el carácter de sus ciudadanos, del que cree que son un ejemplo las 41 personas a las que condecoró con la orden del mérito civil el día en que se celebraron los cinco años de su proclamación. Una foto de esa jornada en la que aparecen el Rey, la Reina, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía junto a todos los condecorados ha estaba colocada en un mueble situado a espaldas del rey.

También recalcaba que "España no puede quedarse inmóvil ni ir por detrás de los acontecimientos" y "ha de seguir recorriendo su camino sin encerrarse en sí misma como en otras épocas del pasado y levantando la mirada para no perder el paso ante los grandes cambios".