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Federico y Mary de Dinamarca, de nuevo en el centro de la polémica. En esta ocasión, ha sido su traslado temporal a Suiza lo que tiene mosqueados a sus compatriotas. Los príncipes daneses se han movido hasta el país helvético para acompañar a sus hijos, que comenzaron las clases en un internado en Los Alpes el pasado 8 de enero.
La polvareda se ha desatado porque el matrimonio anunciaba que se alojarían en su propia casa, y se trataría de un inmueble que tendrían en propiedad desde hace diez años y que habrían mantenido en secreto hasta ahora, cuando están haciendo uso de ella para no dejar solos en un país que no es el suyo a sus pequeños.
El sector más crítico ha alzado la voz para sacarles los colores, porque consideran que, al ser una casa comprada con dinero de los contribuyentes (y por la que habrían pagado nada menos que dos millones de euros), deberían haber informado al pueblo ya en el momento de su adquisición. Hasta el punto de que se ha convertido en un tema de debate en el Parlamento.
Su traslado temporal a Suiza, además, ha coincidido con la noticia de que, el sueldo que perciben de las arcas públicas tanto Federico como su hermano Joaquín, ha aumentado este año. Otro detalle que sumar para situarle en el ojo del huracán de una parte del pueblo danés que estudia con lupa cada uno de sus movimientos.
Según la revista 'Billet Bladet', la casa de la discordia es un chalé que sigue la construcción típica de los paisajes de los Alpes y que se encuentra situado muy cerca de ese internado en el que están formándose los nietos de la reina Margarita.