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¿Quién y cómo es la Princesa Irene de Grecia?

La llaman la Tía Pecu en familia, por peculiar. Budista, vegana y entregada a la solidaridad, es la sombra más fiel de la Reina Sofía, con quien vive en el Palacio de la Zarzuela varios meses al año, además de hacer alguna escapada a La India y Grecia. Ostenta la nacionalidad española desde hace unos años.

La princesa Irene de Grecia en una imagen de 1964 / DR

Carmen Raya
Carmen Raya

Nació en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 1942, durante el exilio de su familia a causa de la invasión de Grecia por las fuerzas del Eje, en la Segunda Guerra Mundial. Un tiempo difícil durante el cual sus padres pasaron serias penalidades, según contó la reina Federica en sus diarios. Es la menor de los tres hermanos , tras Sofía y Pablo, que fue rey de Grecia hasta ser expulsado del trono tras un golpe de Estado.

Quizá su nacimiento en Sudáfrica en tiempos difíciles forjó su especial carácter: entregado a las labores humanitarias y de una sobriedad espartana. Aunque hubo un tiempo en que ella también vistió de Alta Costura, exhibió impresionantes tiaras y lució la moda del momento. Eran los años sesenta e Irene tenía veinte años. Asistía a todas las bodas reales que figuran en la agenda de una princesa. Nunca fue una belleza, pero su figura espigada y su melena morena le conferían una elegancia especial. Es, además, una gran amante del mar y de las artes, como su hermana Sofía , una excepcional pianista y una lectora empedernida de filosofía. Y tiene un fino humor inglés. Con su familia habla en este idioma.

Un viaje a La India marcó su vida.

Algo cambio en ella, tras un viaje a La India, en 1968. Se instaló en Madrás con su madre, la Reina Federica, hasta 1974. Allí se convirtió al Budismo, y visitaba a un guía espiritual. Entonces empezó a llevar sari, chaquetas de estilo indio y pantalones anchos, que se convirtieron prácticamente en su uniforme. Durante las vacaciones en Mallorca luce vaqueros o camisas sueltas en colores vivos, zapato plano comprado, en ocasiones comprados en mercadillos, y, a menudo, echarpes, una de sus prendas fetiche. Hasta hace unos años llevaba el cabello largo y trenzado. Hoy exhibe unas orgullosas canas.

La princesa Irene de Grecia suele lucir orgullosa sus canas . / GTRES

En algunos de los últimos actos familiares se la ha visto arreglada al modo occidental, como por ejemplo en la boda de su sobrina Alexia, en 1999, o cuando asistió a la ceremonia de la firma sobre el renacimiento de la Biblioteca de Alejandría, en 1990, cuando lució vestido, chaqueta y collar de perlas, habituales en ella. En la boda de los Reyes vistió un conjunto de chaqueta y falda larga en color verde claro en seda, y lució un ligero maquillaje. También ha lucido, en ocasiones como estas, alguna pieza de familia que le presta la Reina Sofía. Su divisa, en realidad, es la discreción, no llamar nunca la atención. Sus rasgos más marcados son la sencillez y la bondad. Su carácter es cálido y alegre, según dicen quienes la conocen. Y si hay algo que no soporta es la presunción.

Su personalidad tiene, sin embargo, un toque de excentricidad: es aficionada al ocultismo y la ufología. Pero lo más importante es su dedicación a causas solidarias. Preside la ONG Mundo en Armonía, que opera en 30 países, entre ellos Vietnam, Afganistán, Guinea Ecuatorial o Haití, y a la que donó la indemnización que recibió del estado griego, tras la confiscación de los bienes familiares, en 2002. Esta organización ayuda financieramente a jóvenes músicos o organiza la subvención para transportar unas vacas que donó Cantabria a la India.

Una mujer diferente.

Nunca se casó, aunque tuvo varios novios, de los que nunca ha querido hablar por respeto. Sí le hubiera gustado tener hijos, según ha contado, aunque los niños y adolescentes a los que ayuda a través de su Fundación ocupan hoy todo su tiempo y su afecto, al igual que sus sobrinos. Su hermana Sofía es su gran compañera. Su fidelidad hacia ella es absoluta. De niñas, veraneaban en la isla de Cordú, en el Palacio de Mon Repos, y comparten la pasión por el paisaje mediterráneo y la vela. Entre sus antepasados hay dos emperadores alemanes, siete zares de Rusia o cinco reyes de Grecia. Irene no lo olvida, pero ella ha dedicado su vida a los demás, lejos de las cúspides de la realeza, aunque seguro que guarda numerosos secretos de Estado en su memoria.

La reina Sofía y su hermana menor, la princesa Irene. / GTRES

En 2002 superó un cáncer de mama. Su hermana Sofía no se separó de su lado durante el tratamiento. Son el mejor regalo la una para la otra. Irene admira profundamente a Sofía y la apoyado en todos los malos momentos, que últimamente han sido bastantes.