La princesa que fue icono de los años ochenta, con sus pantalones globo, sus camisetas con hombreras y sus cazadoras de cuero, lleva hoy una vida retirada y tranquila en Mónaco, en un ático, junto con su hija pequeña, Camille Gottlieb (la viva imagen de su madre, Grace Kelly) , que hoy tiene 21 años. Pasea o hace la compra, sin preocuparse de las miradas curiosas de los monegascos que se la encuentran vestida de manera informal. Divide su tiempo entre sus hijos y las asociaciones sociales y culturales de las que es presidenta, especialmente la que creó en 2004 contra el sida, Fights Aids Monaco.
Organiza todo tipo de actos benéficos para obtener fondos. Pero ya no acude al Baile de la Rosa, en el que toda la familia Grimaldi brilla cada año. Prefiere el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Ha dejado a un lado la Alta Costura y ha adoptado un estilo discreto, deportivo y cómodo. Su otra pasión son los animales. En sus ratos libres cuida a unos elefantes que rescató de un zoo y mantiene en una finca de la familia Grimaldi en la montaña, cerca de Montecarlo.
Su alejamiento de la vida pública fue una elección consciente. Decidió permanecer lejos de las cámaras y aprovechar su notoriedad exclusivamente para ayudar a los que lo necesitan, no ser ella nunca más la protagonista. A sus 55 años parece que lo ha conseguido, tras una vida de escándalos, rebeldía y un constante intento por escapar del recuerdo del accidente que costó la vida a su madre y del que ella fue testigo, en 1982.
Aquel acontecimiento la convirtió en una princesa errante, en busca de una estabilidad sentimental que nunca encontró y de una reconciliación con su propio pasado. Estefanía fue durante años la princesa que todo lo intentaba: ser modelo, ser cantante, diseñar bikinis bajo la marca “Pool Position” o vivir en un circo. Su rostro surcado hoy de arrugas nada tiene ya que ver con la dulzura adolescente y el cuerpo atlético que convirtió su estilo en el más perseguido hace más de treinta años en el Club Náutico de Mónaco.
Sigue siendo Alteza Serenísima, pero busca una vida normal, lejos de los privilegios de la realeza, los mismos que la convirtieron en la niña bonita que quería serlo todo. En 1986 lanzó su primer sencillo como cantante, “Ouragan”, del que vendió más de dos millones de copias. Llegó a trasladarse a Los Ángeles para seguir su carrera, pero el éxito no estuvo de su parte con el segundo disco. Hizo una gira por Latinoamérica y regresó a Mónaco. Entonces se convirtió en protagonista continua de las portadas por sus “top less” robados o por su agitada vida sentimental. Primero por su idilio con Paul Belmondo, hijo del popular actor francés Jean Paul Belmondo. Se convirtieron en la pareja de moda. Pero su relación no duró.
Entonces apareció en su vida el hijo de otro actor famoso, Anthony Delon, hijo de Alain Delon, pero aquel tampoco fue el hombre definitivo para Estefanía. Se comprometió con el empresario Jean Yves Lefur, pero la boda se anuló tras verse Lefur envuelto en una estafa que causó un gran escándalo. Tuvo romances con algunas de las estrellas juveniles de la época, como Rob Lowe, Christopher Lambert o Jean Claude Van Damme. Y luego sus guardaespaldas.
Primero Daniel Ducruet, con el que se casó y tuvo dos hijos, Louis y Pauline. Estefanía optó por una discreta boda civil, vestida de corto y de encaje blanco. Parecía haber encontrado la estabilidad, hasta que aparecieron unas imágenes de Ducruet haciendo el amor en una piscina con Miss Bélgica, que dieron la vuelta al mundo. El divorcio fue inmediato. Después llegó otro guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, padre de Camille, su tercera hija. Franco Knie, domador de elefantes, con quien se instaló en una roulotte de circo en la que recorrió Europa, fue su siguiente pareja. Se casó por segunda vez con el acróbata Adans Lopez Peres, en 2003, pero su matrimonio solo duró un año.
Hoy Estefanía huye de los medios de comunicación. No concede apenas entrevistas, no posa para las fotos, salvo en contadas ocasiones, como el Festival Internacional de Circo de Montecarlo o la boda de su hijo Louis con Marie Chevallier, una joven discreta que tiene una buena relación con la familia Grimaldi. La princesa, orgullosa y emocionada, apareció en la ceremonia, a la que asistieron sus hermanos y sus sobrinos, con un discreto vestido amarillo de falda corola. Pauline, su segunda hija, ha debutado como diseñadora, con el apoyo de la familia Grimaldi, y Camille, estrella de Instagram, se han convertido en el nuevo punto de atención, aunque menos que sus primos, los hijos de Carolina, Carlota, Andrea y Pierre. Su última aparición, con un espectacular abrigo de cuadros, ha sido junto a su hermano Alberto en un evento para recaudar Fights Aids Monaco, en un encendido virtual de un árbol de Navidad.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?