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Es la hija única de Isabel II y la favorita de su padre, Felipe de Edimburgo, pero hasta 'The Crown' no ha pasado de personaje de segunda fila en el gran teatro que protagoniza la Familia Real británica. Es cierto: la princesa Ana de Inglaterra (70 años) no ha protagonizado escándalos más escandalosos que sus hermanos (solo algún amante), detalle que le ha permitido llevar su vida en un discreto segundo plano.
Eso podría cambiar si se confirmaran los rumores que la señalan como la causante del malestar que aflige a Meghan Markle y Enrique de Sussex, y que protagonizó la entrevista que ha causado la enésima crisis en Buckingham Palace. Hablamos de la acusación de racismo y de ese familiar que se interesó por el color de la piel de Archie, el primer hijo de los Duques de Sussex. Una preocupación que dejó boquiabierta a Oprah Winfrey y a buena parte de planeta.
De momento, el señalamiento no ha escalado en la opinión pública, pero apunta a que la princesa Ana es la persona que más dudas expresó al respecto de la idoneidad de Meghan Markle en las conversaciones privadas de la Familia Real británica. La responsable de la filtración es Lady Colin Campbell, quien ha asegurado en su podcast que la princesa Ana "objetó fuertemente" al matrimonio entre Meghan Markle y Enrique de Sussex. De hecho, desveló que Markle había logrado meterse en el bolsillo a Carlos de Gales y a la Reina, pero que la princesa Ana insistió en que no convenía "ni a la familia ni al país ni al puesto" y que solo pretendía "llamar la atención".
Lo cierto es que Lady Colin Campbell negó el racismo, pero sí se refirió a las objeciones debido al background cultural de Markle que la princesa Ana había puesto sobre la mesa. Sus referencias a "diferencias culturales" han hecho saltar las alarmas contra la princesa Ana, aunque de momento los rumores no han ido más allá.
La verdad es que la princesa Ana, el ojito derecho de Felipe de Edimburgo por poseer ambos caracteres fuertes similares, se ha caracterizado siempre por tener una personalidad muy acusada, un espíritu tradicionalista y un trato que puede llegar a ser frío y rudo. Su propia biografía, llena de detalles apasionantes poco conocidos, lo prueba. Ejemplo: el intento de secuestro que sufrió el 21 de marzo de 1974. Un coche bloqueó el de su chófer pero la princesa Ana se negó a bajar del automóvil.
El secuestrador terminó condenado a 41 años en un psiquiátrico tras disparar a cuatro personas, pero la princesa Ana siguió inconmovible en el interior del vehículo. Su sangre fría fue increíble. Otra hazaña épica en la Familia Real británica: la princesa Ana se convirtió en la primera 'royal' británica que participó en unas olimpiadas en 1976. Compitió como amazona en las Olimpiadas de Montreal y logró una medalla de plata. En 2012, su hija Zara Phillips compitió en las Olimpiadas también como amazona. Otro detalle que da muestra de su carácter: es la única princesa que no ha concedido título alguno a sus dos hijos, Zara y Peter, a pesar de que todos sus primos sí los poseen.
Por supuesto, su carácter enérgico la convierte en una trabajadora infatigable: es el miembro de la Familia Real que más trabajó en 2019, con más de 500 apariciones y compromisos oficiales. "Si estoy en Londres, no quiero estar dando vueltas sin hacer nada", explicó en una entrevista en 2001.
Puede que esta impaciencia y determinación tengan que ver con otro detalle inesperado de su biografía: es una vieja conocida de la policía por sus infracciones del código de circulación. La princesa Ana ha sido detenida al menos tres veces por exceso de velocidad: en 1972, en 1977 y en 1990, cuando perdió el carné de conducir durante todo un mes. En 2001 pagó una multa de 500 euros también por exceso de velocidad. Además, está fichada por un accidente con uno de sus perros: su bull terrier atacó a dos niños de 7 y 12 años en 2002.
Otro apunte nada casual que habla de la consistencia de los sentimientos de la princesa Ana: lo que ha dicho de Meghan Markle es prácticamente lo mismo que dijo que Diana de Gales en cuanto formalizó su relación con el Príncipe de Gales. Además de considerarla una "chica tonta", no estaba nada de acuerdo con la manera en la que se comportaba en sus apariciones públicas: pensaba que las usaba para promocionarse y llamar la atención, lo mismo que ha dicho de Markle.
En un reciente documental de Channel 5, 'When the Spencer Met the Monarchy', se relata cómo la princesa Ana despreciaba "su manera de tocar a a gente y dar la mano" y encontraba su carácter "histriónica". Como contrapartida, Diana de Gales encontraba el carácter de la princesa Ana muy brusco y se distanció de ella. Lo mismo que ha terminado haciendo Meghan Markle.