La princesa Sheika Latifa es una de las múltiples hijas del emir de Dubái Mohammed bin Rashid Al Maktum (tiene 25 hijos en total). De hecho, ni siquiera es la única Latifa del palacio del emir: tiene dos medio hermanas con su mismo nombre. Pero sin duda alguna es la Latifa que más problemas le está dando a los emiratos porque lleva reclamando su libertad desde 2018 y ha denunciado a su propia familia de todas las formas posibles... incluso con su silencio forzoso o unas confusas fotos de Instagram.
La última ocasión que se hizo pública la voluntad de la princesa Latifa de huir de los emiratos fue en febrero de este año, cuando el programa Panorama de la BBC (sí, el mismo que consiguió la exclusiva entrevista de Lady Di de malos modos) emitió una serie de vídeos grabados por la propia princesa en 2019 a escondidias en los que contaba cómo los hombres de su padre la habían secuestrado en 2018 y cómo vivía aislada en una villa con rejas en las ventanas desde entonces.
A raíz de este testimonio la campaña “Free Latifa” recorrió el planeta auspiciada por los amigos de la princesa que habían perdido el contacto telefónico con ella, motivo por el cual habían decidido hacer públicos los vídeos que les había enviado hasta ese momento desde su aislamiento. Hasta las Naciones Unidas se interesaron por el caso llegando a exigir al gobierno del país una prueba de que la princesa seguía con vida.
Ahora, tres meses después de la información en la BBC, la princesa ha reaparecido en Instagram… pero hay quién sigue teniendo dudas sobre su verdadero estado y paradero. ¿Está bien la princesa Latifa? ¿Es por fin libre?
La primera vez que el mundo escuchó hablar a la princesa fue en febrero de 2018. En aquel momento Sheika Latifa, puso en marcha un plan para abandonar el país que le negaba el acceso al carnet de conducir, a unos estudios, a un pasaporte o incluso a la posibilidad de salir de la ciudad sin permiso paterno. Aquello, por supuesto, no acabó bien.
Lo que sucedió da para hacer una película de Netflix. Junto a su amiga Tiina Jauhiainen, Latifa viajó en coche hasta la costa de Omán. Una vez allí montaron en un bote y una moto de agua e llegaron a aguas internacionales donde les esperaba un yate. Desde el yate Latifa envió un mensaje a sus amigos: “Soy libre”. El plan era llegar a un puerto seguro y después volar hasta Estados Unidos, país en el que la princesa huída pediría asilo. Pero el plan fracasó.
Jamás llegaron a su destino. Ante la costa india el yate fue abordado por hombres armados y Latifa envió un desesperado S.O.S a su abogada asegurando que los hombres de su padre la iban a secuestrar. Desde ese momento, silencio.
Tuvieron que pasar nueve meses hasta que Tiina Jauhiainen pudo contactar de nuevo con la princesa desde que un grupo de hombres armados se la llevaran de aquel yate que navegaba por aguas internacionales. Pero mientras esperaba no se quedó quieta: contó su historia en los medios, puso en pie la campaña “Free Latifa” y llevó el caso hasta las Naciones Unidas.
En 2019 sucedió “el milagro”, la princesa había conseguido un móvil y empezó a enviar vídeos a su amiga sobre sus condiciones de vida desde que le arrebataron la libertad en aquel barco. Los mismos vídeos que le dieron aún más alas a “Free Latifa” en 2020 cuando la BBC los hizo públicos por petición de los amigos de la princesa.
En ellos la princesa narra en cómo la drogaron y la hicieron volver a casa en avión y cómo desde su regreso en 2018 está encerrada sola en una villa reconvertida en cárcel. Todas sus ventanas tienen barrotes, la policía custodia el exterior y en el interior hay dos mujeres policía. La princesa Latifa había perdido incluso el privilegio de poder salir al exterior de la casa sin permiso. " Todos los días estoy preocupada por mi vida. No sé si voy a sobrevivir a esta situación. La policía me amenazó con que estaría en la cárcel toda mi vida y nunca vería al sol de nuevo", explica en uno de los vídeos.
Mientras la princesa permanecía encerrada, en el exterior se urdía otra versión de su historia: la de que Latifa era una persona que padecía un grave problema de salud mental, que padecía bipolaridad y que su padre no la había secuestrado sino que su supuesto secuestro fue una misión de rescate para que quedara al cuidado de su familia. Una imagen que vendieron al mundo reforzada por una foto: la de la princesa Latifa comiendo tranquilamente sentada al lado de la ex Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Mary Robinson.
Lo que sucedió aquel día de 2018 se explica con una visita inesperada en la cárcel-villa: la de la madrastra de Latifa, la princesa Haya de Dubai , la sexta esposa de su padre y la misma que en 2019 acabó huyendo de Dubái y de su marido para refugiarse en Londres. La princesa Haya le hizo a Latifa una oferta: la invitó a almorzar asegurándole que si se portaba de la forma correcta se podría negociar una salida de su encierro. Esa es la comida a la que asistió Mary Robinson y en la que se hicieron fotos que el gobierno de los emiratos hicieron públicas días después.
Tras las fotos y la comida Latifa volvió a su prisión de lujo. Durante un tiempo siguió mandando vídeos a Tiina Jauhiainen, Un día toda comunicación cesó. Tras varias noches de insomnio los apoyos que le quedaban en el extranjero decidieron filtrar sus vídeos a la BBC y volver a destapar el caso. En febrero el escándalo arreció de nuevo, pero el mensaje desde los emiratos seguía siendo el mismo, la princesa está enferma y la están cuidando.
Esta semana el caso de Latifa se ha vuelto a pòner de actualidad: dos cuentas públicas de Instagram han publicado imágenes en las que aparece la princesa acompañada de dos mujeres. Como informan desde la BBC, las imágenes han sido despojadas de sus metadata y es imposible fecharlas con exactitud, pero parecen actuales. ¿Es por fin Latifa libre o estamos ante otra foto que muestra un encuentro social que no indica que no existe una reclusión posterior? Sin duda alguna, en breve habrá más novedades.
20 de enero-18 de febrero
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