Durante mucho tiempo a Zara Tindall la conocimos como Zara Phillips, la niña de los dos únicos hijos que la princesa Ana de Inglaterra tuvo en su primer matrimonio con el capitán Michael Phillips, la primera nieta de la reina Isabel II y la niña a cuyo bautizo Diana de Gales no acudió porque tendría como padrino al marido de la mujer que más odiaba del mundo: Camilla Parker Bowles.
El matrimonio de la princesa Ana estuvo lleno de rarezas, como que escogiera de padrino de su única hija a su ex amante Andrew Parker Bowles o que acabara dinamitado porque le robaron unas cartas de amor escritas por su amante . Con unas bases no es extraño que Zara Tindall haya escogido caminos sorprendentes para realizarse y que cualquier otro miembro de la familia real británica no han querido explorar (con permiso del príncipe Enrique y su matrimonio con una actriz de Hollywood).
Para empezar, puede que no recibiera ningún título aunque fuera hija de princesa (su madre así lo exigió porque deseaba para sus hijos una vida normal), pero sí se formó en los colegios más elitistas de Inglaterra y Escocia para acabar, finalmente, estudiando… fisioterapia. Una profesión que sin duda le viene muy bien porque Zara es una consumada jinete y amante del deporte. Su faceta deportiva fue alabada por la prensa y los Windsor, pero los paparazzis hacían el agosto con otro tipo de historias y etiquetas: la consideraban la "royal rebel" y disfrutaban con detalles como que apareciera en el 50 cumpleaños del príncipe Carlos, su tío favorito, con un piercing en la lengua (y presumiera de él).
Por mucha carrera que estudiara en Exeter en realidad el trabajo a tiempo completo de Zara ha sido la hípica. Compite desde pequeña, ha conseguido ella misma a sus sponsor y ha labrado una carrera deportiva sólida que le valió incluso ganar una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres.
Con estos antecedentes nadie podía esperar de ella una boda de alto copete al gusto de la aristocracia inglesa: unió su destino amoroso al ex jugador de la selección británica de rugby Mike Tindall al que conoció en 2003 en un bar australiano porque su primo el príncipe Harry se lo presentó. La pareja se casó en 2011 en una ceremonia íntima en la que la reina Isabel II, por lo visto, no podía parar de sonreír.
Desde su boda Zara Tindall no ha dejado de protagonizar momentos sorprendentes para una royal, como el hecho de que fue la primera integrante de la familia real en hablar públicamente de lo que se sufre tras sufrir un aborto espontáneo, experiencia que ha padecido en dos ocasiones.
O como el evento que más ha sorprendido al mundo entero: Zara Tindall dando a luz en casa a su tercer hijo, Lucas, concretamente en el suelo del baño. No fue un hecho planeado, pero con este nacimiento Zara sí ha conseguido perpetuar una tradición muy Windsor: su abuela Isabel II dio a luz en casa a sus cuatro hijos, eso sí, la casa era un palacio y no sabemos si lo hizo en el baño. Desde el momento del nacimiento poco hemos podido ver al nuevo bebé Tindall y a su madre, hasta este momento: por supuesto el evento no podía ser otro que un torneo de hípica, y sí, tanto el bebé como su madre estçán estupendamente.
20 de enero-18 de febrero
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