Catalina Amalia de Holanda, la princesa que no quiere ser reina (al menos de momento) y va al psicólogo para superarlo

La heredera al trono de Holanda protagoniza una biografía autorizada en la que desnuda sus temores y sus visitas al terapeuta. La princesa Amalia no quiere reinar, al menos de momento.

Si quieres ver los mejores looks de la princesa Catalina amalia de Holanda, pincha en la imagen./instagram

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Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Es ya una tradición en la casa de Orange : a los 18 años, los herederos al trono publican su primera biografía y se dan a conocer, con un acercamiento íntimo, a los ciudadanos. Así lo hizo la reina Beatriz en 1955 y su hijo, el rey Guillermo. Ahora es Catalina Amalia de Holanda , próxima reina de los Países Bajos, la que desnuda sus pensamientos ante una ciudadanía expectante: tras los errores durante la pandemia de la familia real (se fueron de vacaciones a Grecia mientras Europa se encerraba), todos los gestos de proximidad importan. La princesa Amalia , quien ahora se encuentra disfrutando de un año sabático antes de iniciar estudios universitarios, ha querido de hecho desvelar asuntos sustanciales de su vida personal. Por ejemplo, que acude a terapia cuando se ve sobrepasada. Su salud mental le preocupa.

La biografía 'Amalia' que se publica a pocas semanas del 18 cumpleaños de la princesa (el próximo 7 de diciembre) no oculta la presión que vive la joven. «No creo que deba ser un tabú habar de ello. Y no es ningún problema decirlo en público«, declara la princesa en un extracto del libro que ha compartido la emisora pública NOS. »A veces todo se vuelve demasiado para mí, el colegio, los amigos... Si siento la necesidad, pido una cita. Me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para un mes«, agrega. La hija mayor de los reyes de Holanda cree que es »normal« hablar con un profesional »sobre todo después de lo que le pasó a mi tía«, en referencia al suicidio de Inés Zorreguieta, hermana de la reina Máxima, en 2018.

Los problemas de salud de Inés Zorreguieta fueron una constante preocupación para Máxima, su hermana mayor. Víctima de la anorexia y con una grave depresión, la reina consorte de la casa Orange-Nassau veía a Inés como a una hija, tanto es así que trató en infinidad de ocasiones que su 'ojito derecho' dejase atrás Argentina y se instalase con ella en Villa Eikenhorst, el hogar familiar de los Reyes de Holanda en Wassenaar. Desafortunadamente no hubo éxito, y su fallecimiento ha dejado huella no solo en su hermana, sino en sus sobrinas.

La revelación más sorprendente de Amalia no es, sin embargo, su asiduidad con la terapia mental, algo que en realidad forma parte de los nuevos hábitos de autocuidado de su generación. Lo que ha hecho saltar las alarmas es que la joven princesa ha confesado que no tiene ninguna gana de reinar y que, si su padre muriera repentinamente, le pediría a su madre que ocupara el trono, al menos temporalmente. No es la primera vez que la princesa de Orange realiza un gesto de renuencia a aceptar los privilegios reales.En junio pasado, Amalia Catalina renunció a su derecho a una renta anual de 1,6 millones de euros, los que le corresponden como heredera al trono. El gesto puede sumarse a la serie de concesiones que la familia real holandesa está haciendo para congraciarse con el país, pero también con el deseo de la princesa de llevar una vida lo más normal posible, el máximo tiempo posible.

Preguntada por la posibilidad de una abolición de la monarquía, la princesa Amalia no se mostró dramática, al contrario: afirmó que lo aceptaría sin problemas. «Ellos pueden hacer eso, por supuesto, y luego yo también seguiré viviendo», explicó. Sin embargo, Amalia Catalina quiso subrayar que está «al servicio» de su país y que ya se imagina cómo será su reinado: «Si puedo prevenir una mala situación a través de la diplomacia, si puedo hacer del mundo un lugar un poco mejor, entonces seré feliz. Le doy mi vida a los Países Bajos». Incluso piensa ya en quién podría ser la pareja que la acompañara en la difícil tarea de representar a Holanda. «Si el hombre que me apoya, a quien amo, con quien quiero pasar mi vida, no recibe la aprobación del Parlamento, entonces tendremos que ver qué hago. No puedo elegir a expensas de mí misma», ha asegurado. No es extraño que no quiera, el menos de momento, ser reina. Es consciente de los sacrificios que conlleva dicha responsabilidad y, por tanto, cuanto más tarde lleguen, mejor. Aún no tiene 18 años.

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