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La mujer más peligrosa en la vida del barón Thyssen fue Denise Shorto, su cuarta esposa: rubia, manipuladora y aficionada a los playboys

Es probablemente la esposa más desconocida del barón Thyssen. Denise Shorto, una Brigitte Bardot sofisticada y brasileña, que le hizo la vida imposible con sus amantes y un divorcio interminable en el que se vengó de Tita Cervera.

Fue afortunado en el amor solo al final de su vida, cuando conoció a Carmen Cervera, Tita, la única mujer que se dedicó a su felicidad y que no le engañó. Todas las esposas del barón Thyssen, Hans Heinrich, Heini para los amigos, le fueron infiel. No ayudó su fijación con modelos y socialites infinitamente más jóvenes, como fue el caso de Denise Shorto, su cuarta y más desconocida esposa. Con ella tuvo a Alexander, también su hijo más desconocido, traumatizado de niño por el cruento divorcio de sus padres y aún más con las declaraciones del barón, que llegó a decir que no era su padre. Simon de Pury, el famoso marchante de arte y asesor del barón, describió en su autobiografía cómo era la relación de su rico amigo con su cuarta esposa: «El barón parecía sacado de la película Goldfinger y su esposa de entonces, Denise Shorto (la cuarta), era una Pussy Galore brasileña», escribió. En esa película de James Bond, Galore era una bellísima delincuente, hija de trapecistas. Heini Thyssen la llamó, por su quedaba alguna duda, «Mi gran error».

El barón Thyssen y Denise Shorto, de recién casados. / getty images

El barón Thyssen y Denise Shorto se casaron en 1967, tras un inevitable flechazo del barón, que ya tenía 60 años, con aquella impresionante modelo brasileña. Ella era en realidad toda una heredera. «Su familia era rica. Su padre era un banquero de Sao Paulo y su madre, una beldad escocesa«, contó Simon de Pury. «Los Shorto eran dueños de una importante franquicia de Coca Cola en un país adicto a todo lo dulce. Denise parecía una versión de sociedad, perfectamente estilizada, de Brigitte Bardot». Se casaron en Lugano, ella vistió de Dior y aunque en la ceremonia hubo pocos invitados, la luna de miel fue por todo lo alto: dos meses de viaje por Extremo Oriente a bordo del jet privado del barón. A su vuelta, la sofisticada Denise se encontró con que Villa Favorita, la gran mansión del barón en Lugano, se parecía más a un viejo museo que a la casa de un moderno multimillonario: «Una torre de Babel con un elenco sacado de la familia Monster», escribió Pury.

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El error de la cuarta esposa del barón Thyssen

Denise gastaba dinero a manos llenas y buscaba que su esposo gastara lo suyo también en los negocios de su familia. Ella era inteligentísima, culta, refinada y, además, sabía perfectamente cómo desenvolverse en la alta sociedad y en los círculos de la élite financiera. De hecho, cuando el matrimonio comenzó a agriarse, los negocios del barón Thyssen en Brasil se resistieron. Denise no tenía precio como estratega. Sabía cómo salirse con la suya y Heini se arrepintió muy pronto de no haber firmado un acuerdo prematrimonial.

Denise Shorto, baronesa von Thyssen, brillaba en la alta sociedad. / getty images

Cuando tuvieron a Alexander, los dos hacían ya vida por separado. Denise, con sus amantes; el barón, con el alcohol. Él no tardó en acusarla de serle infiel con el playboy italiano Franco Rapetti, que según Heini iba a visitarla a Villa Favorita ya un año antes de que naciera su hijo. En 78 se produjo un incidente trágico: Rapetti cayó al vacío desde su apartamento de Manhattan, en lo que algunos vieron un suicidio pero otros, un asesinato. Sea como fuere, el barón siguió con sus fiestas, romances e ingesta desaforada de alcohol y Denise, con sus toyboys y amantes.

Denise Shorto con su hijo Alexander. / getty images

En 1981, cuando el barón Thyssen se cruzó con Carmen Cervera, la relación con Denise Shorto era pura apariencia. El flechazo ocurrió en un yate amarrado en Cerdeña y propiedad de amigos comunes. Al día siguiente, Heini invitó a Tita a nadar y comer langosta en su barco, el Hanse. No le importó que también estuviera allí Denise Shorto, a la que no se le escapó el 'feeling' que existía entre su aún marido y la española. En alguna entrevista, Tita Cervera recordó esta primera cita. «Tenía mucha hambre por haber nadado tanto», confesó. «Denise entraba y salía, entraba y salía y nunca se sentaba a comer su pizza. Así que corté la mitad y se la di a Heini. Cuando vio que la mitad de su pizza había desaparecido, se enfureció terriblemente». Denise tenía motivos para temer por su mitad de pizza. En breve, el barón invitaba a Tita a Villa Favorita, su mansión en Lugano, y ya nunca se separarían.

El divorcio más caro del barón Thyssen

El divorcio fue imposible, al no existir preacuerdo económico. Denise estaba empeñada en salir del matrimonio con la mejor posición posible, también para favorecer a su hijo Alexander. Tras muchos años de litigios, el barón aceptó pagarle quince mil millones de pesetas, algo así como la décima parte de su fortuna. Además, la acusó de haberse apropiado de un montón de joyas, algunas de las cuáles pudo recuperar. Al final, este cuarto divorcio le costó más que los otros tres juntos. Denise Shorto logró lo que quiso, como siempre, y un poco más. Una de las cláusulas que impuso para conceder el divorcio impedía que los hijos adoptados por el barón se convirtieran en sus herederos. Señalaba sin nombrarlo a Borja, el hijo de la que sería la quinta esposa de Heini.

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Tita Cervera